No, la alimentación triturada o túrmix no debe estar sujeta a un puré de verduras como plato único. Casi todos los platos de una alimentación estándar pueden adaptarse a una textura triturada, por lo que no se justifica ofrecer siempre la misma elaboración.
Este punto es muy importante, puesto que es necesario, en la medida de lo posible, que la alimentación de la persona que precisa una textura modificada sea lo más parecida posible a la alimentación que llevaba antes, y a poder ser además, comiendo lo mismo que el resto de la familia o comensales que le acompañan a la mesa.
Así, los platos típicos y más comunes de nuestra alimentación, como la empanada, el pollo a la plancha, la tortilla de patatas, la paella o los espaguetis con tomate se pueden adaptar y formar parte de la alimentación túrmix.
En la alimentación triturada se pueden combinar diferentes texturas
Incluso en una misma elaboración, siempre y cuando todas las texturas se puedan tragar sin masticar. Asimismo, puede servirse diferentes consistencias, desde líquidos hasta sólidos blandos. También, platos que se puedan pisar o chafar para hacer una masa uniforme. Por ejemplo, gelatinas o flanes blandos que al pisarlos con una cuchara o tenedor formen una pasta y no se rompan en trozos duros.
En general, consistencias o masas con humedad suficiente para no pegarse a las mucosas de la boca y del esófago y que se puedan tragar con facilidad, sin mucho esfuerzo.
Para asegurar el equilibrio nutricional de las comidas principales se puede:
- Ofrecer un plato único completo (triturado único).
- Ofrecer distintos platos triturados, generalmente un primero y un segundo (triturado múltiple).
Con frecuencia, muchas personas que siguen una dieta túrmix comen menos (pérdida apetito, cansancio al comer). En estos casos, es importante evitar los triturados únicos grandes y poco apetecibles (uniformes en textura, sabor y color). Lo más recomendable es ofrecer triturados de menor cantidad (200-220 gramos), de distintas recetas y colores.
El plan puede basarse en un primer plato a base de verduras y/o farináceos (como purés y cremas de verduras, gazpachos, arroces, ensaladas o ensaladas con legumbres), y un segundo basado en el alimento proteico (carne, pescado, marisco, huevos y legumbres). Estos platos proteicos pueden ser incluso recetas tradicionales.
Las dietas de textura modificada deben asegurar las proteínas necesarias (aprox. 100- 125 gramos de carne, pescado o huevo) en las comidas principales, e incluir con regularidad triturados de verdura y /o fruta fresca (sin cocción), imprescindibles para el aporte de vitamina C, fibra y otros compuestos bioactivos. diarias de verduras y legumbres.
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