El manzano común, científicamente denominado Malus domestica y maceira, maciñeira o mazanceira en gallego, pertenece a la familia de las Rosáceas. Es uno de los árboles frutales más cultivados del mundo, dado que su fruto es un apreciado alimento. Su uso parece remontarse a hace más de 15.000 años. Aunque su origen es incierto, algunos autores lo sitúan en el Turkestán. Fue introducido en Europa por los romanos y en la actualidad existen muchísimas variedades como resultado de innumerables cruces entre especies silvestres. Además de su origen impreciso, es también problemático el nombre con el que se le designa. De hecho, si bien el más extendido es Malus domestica, hay autores que defienden que nombres precedentes como Pyrus malus o Malus pumilla podrían designar también a esta especie.
Etimológicamente, su nombre deriva del latín malus, que significa “manzano”, y que que a su vez tiene su origen en el griego melon. El epíteto domestica, que deriva también del latín domus, significa “casa, doméstico”, aludiendo al hecho de ser cultivado.
Es un árbol de mediano tamaño, caducifolio, de copa redondeada y con numerosas ramas horizontales. Sus raíces son mas bien superficiales. De su corteza, pardo grisácea, se desprende láminas pequeñas. Sus hojas, pecioladas, ovaladas o redondeadas, generalmente aserradas y de un color verde intenso por la parte superior y con densa vellosidad en la parte inferior, están dispuestas alternativamente. Al estrujarlas despiden un agradable aroma. Las flores son blancas, ligeramente rosadas, agrupadas en ramilletes. El manzano florece en primavera, antes de la aparición de las hojas. El fruto, la manzana, es globoso y carnoso, con restos del cáliz en el ápice. Su color inicial suele ser verde llegando a variar desde el amarillo al pardo y al rojizo, cuando maduran en otoño. Existen variedades de invierno. Posee varias semillas de color marrón, que no son recomendables para el consumo humano debido a su toxicidad.
El manzano necesita la ayuda de insectos para la polinización. Las abejas, en especial la Apis mellifera conocida también como abeja doméstica, abeja europea o abeja melífera, es uno de los insectos que realizan mejor esa función. Por esto es común que en los huertos de manzanos o “pomares”, se ubiquen colmenas.
Las manzanas aparecen en muchas tradiciones religiosas, a menudo como un fruto místico o prohibido. En la mitología griega, el héroe Heracles, estaba obligado a viajar al jardín de las Hespérides y recoger las manzanas de oro del árbol de la vida La diosa griega de la discordia, Eris, quedando excluida de la boda de Peleo y Tetis, se vengó arrojando una manzana de oro con la inscripción kalliste, “para la más hermosa”. Las diosas Hera, Atenea y Afrodita reclamaron la manzana iniciándose así una disputa, en la cual Paris, principe de Troya, tuvo que elegir a la destinataria, que al final fue Afrodita, provocando así la guerra de Troya.
Antiguamente, para declarar simbólicamente el amor a alguien, se le lanzaba una manzana; el hecho de atraparla significaba la aceptación de ese amor. Los emperadores romanos llevaban una manzana de oro, símbolo del poder.
El manzano viene citado numerosas veces en la Biblia. En el libro del Génesis, a pesar de no especificar que “el árbol del bien y del mal” fuese el manzano, la manzana se identificó con la fruta que comió Eva, transgrediendo la voluntad del Creador. A lo largo de la historia tanto la tradición popular como el arte, hizo esta misma identificación, convirtiendo a la manzana en el símbolo del pecado. No obstante, al mismo tiempo, este fruto se convirtió en el símbolo de la salvación; por ello, frecuentemente, la imagen del Salvador tiene en la mano una manzana.
Es un árbol muy extendido por su uso ornamental y por sus frutos que, además de ser bajos en calorías, son excelentes fuentes de azúcares, ácidos orgánicos, fibras, vitaminas y minerales. Para aprovechar todos sus principios alimenticios las manzanas deben consumirse sin pelar. Especialmente, a las personas diabéticas se les recomienda comer la manzana con piel, puesto que esta contiene la mayor parte de la pectina que ayuda a retrasar la absorción de estos azúcares, además de reducir el colesterol. Además, la piel es recomendable en caso de fiebres intermitentes.
La manzana cruda actúa como un excelente dentífrico ya que ayuda a limpiar los dientes y la liberar las encías de restos alimenticios. Tiene, asimismo, propiedades reguladoras del intestino. De las manzanas cocidas se obtiene la deliciosa “compota”, que se emplea como calmante suave en caso de insomnio leve. Manjares deliciosos y fáciles de preparar son también la mermelada y el dulce de manzana. Además, la manzana se usa para la fabricación de la sidra, sabrosa bebida que ejerce un efecto discretamente diurético. También para elaborar vinagre. La madera del manzano, dura y con ligero brillo, es utilizada en ebanistería, tornería y artesanía. Las manzanas se pueden meter en armarios y cajones para dar buen olor a la ropa.
En Galicia existen numerosos variedades de manzanas, tales como , la arriscada, blanca cerosa, camoesa, coiro de sapo, mingan, morro de lebre, ollo mouro, de peruco, príncipe, reineta, repinaldo, roxelia, sangre de toro, tabardilla, toca pandeiro y tres en cunca.
Para la fabricación de sidra gallega se utilizan preferentemente las variedades: durona, gravillán, marafonsa, negra, ollo landoi, ollo mouro, rabiosa de Callobre, repinaldo y xosé antón, que destacan por su grado de acidez y coloración. Galicia es la principal productora y exportadora de manzanas de sidra de España.La producción de sidra aparece ya documentada en el monasterio de Sobrado dos Monxes, A Coruña, en el año 950.
La manzana está considerada como una de las frutas más saludables, tanto que en mi país se dice que “una mela al giorno toglie il medico di torno”, es decir “una manzana al día mantiene al médico en la lejanía”.
