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Los secretos del BDSM: Bondage, Disciplina, Sumisión y Dominación

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photo_camera Dos personas practicando BDSM.

Este modo alternativo de practicar la sexualidad implica una serie de aficiones no convencionales, y sí comparten el consenso y la aceptación de los participantes.

El BDSM, alude al conjunto de fantasías y prácticas eróticas, bondage y disciplina; dominación y sumisión; y sadismo y masoquismo. Este modo alternativo de practicar la sexualidad implica una serie de aficiones no convencionales, y sí comparten el consenso y la aceptación de los participantes.

>El Bondage implica una relación de subordinación, un vínculo afectivo del tipo amo esclavo; señores feudales y vasallos; policía detenido; maestro alumno; jefe empleado; dueño mascota; patrón mucama; y se refiere al tipo de amor en el que están presentes los vínculos y la sujeción. Las relaciones así, tienen la característica de afectividad asimétrica y los participantes lo hacen voluntariamente, no son coaccionados, al menos de forma consciente.

Las prácticas del bondage implican ataduras con cuerdas, lazos, cordones, sogas, que suelen utilizar en los encuentros íntimos y sexuales.

>La Disciplina implica la creación de un conjunto de reglas, normas y castigos a mantener y respetar durante los encuentros sexuales y/o fuera de ellos.

De esa forma en la disciplina se diseñan también los protocolos de comportamiento, entrenamientos y adiestramientos, mantenimiento de gestos, comunicación y diversas posturas.

Como todo lo relacionado con la vida de la afectividad, amor, sexualidad y parejas, si los participantes están de acuerdo, y son adultos, tienen derecho a ser respetados. Son sus vidas y ellos deciden y eligen.

>La Dominación implica tomar el mando y el control en la relación con otra persona, y se utiliza especialmente para las actividades y prácticas sexuales y eróticas entre personas con relaciones asimétricas. El que manda, con su rol de dominio, va aplicando su deseo y voluntad y el otro tiene que obedecer y dejarse someter.

Naturalmente, los participantes conviven con un acuerdo previo, y consienten esos comportamientos. Ahí no hay personas obligadas, al menos de forma consciente.


>La Sumisión, es la otra cara, la posición de la persona que acepta al dominante, con su rol de sumisión y participante en las prácticas eróticas. La persona en el rol de sumisión, acata los deseos y voluntad del dominante, se somete a lo que el otro quiera hacer con su cuerpo, contando que todo ello es en un marco diseñado de forma voluntaria. Los límites donde se mueven, suelen proponerse con antelación. Y es que en las relaciones íntimas la gente tiene derecho a disfrutar de su libertad, y ser respetados por los demás. Por todo ello conviene desarrollar la tolerancia y respeto a la diversidad.

Artículo publicado originalmente en el blog de Isabel Calle

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