Entre un 2 % y un 5 % de la población padece trastorno por atracón

Un menú rico en comida basura, asociado ahora con el riesgo de sufrir depresión.

Se caracteriza por el hábito de ingerir grandes cantidades de alimentos de manera rápida, sin tener hambre y a escondidas

El atracón ha sido reconocido como una alteración con entidad propia dentro de los trastornos alimentarios por la publicación estadounidense Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, ya que antes era diagnosticado como un subtipo de bulimia nerviosa.

Las principales diferencias son que los pacientes con trastorno por atracón no presentan conductas compensatorias o de purga, como la autoprovocación del vómito, ayuno, dietas muy restrictivas, ejercicio intenso, ingesta de diuréticos o laxantes.

Desde su reconocimiento como trastorno alimentario independiente, el trastorno por atracón ha sido objeto de diversos estudios con el objetivo de definir de la mejor manera sus características y, así, poder hacer un diagnóstico más precoz.

En la actualidad, entre un 2 % y un 5 % de la población general padece este tipo de trastorno, que afecta de la misma forma a hombres y mujeres.

El responsable de la Unidad de Trastornos Alimentarios de Bellvitge, Fernando Fernández Aranda, ha destacado que "los pacientes con trastorno por atracón muestran más dificultades para gestionar el estrés, son más impulsivos y tienen menos autoestima que las personas con otros trastornos alimentarios, que tienen síntomas de depresión y una alta preocupación por su aspecto físico".

Las personas con trastorno por atracón presentan altos índices de obesidad y tienen una edad media en torno a los 25 y los 40 años.

"Este tipo de enfermos desarrollan el trastorno a una edad más tardía y la sufren durante más tiempo antes de visitar el médico", explica Fernández Aranda, que añade que "en muchos casos, estas personas hacen consultas para bajar de peso y no por el trastorno, ya que no creen que sea un problema a tratar, lo que dificulta el diagnóstico".

El médico subraya que "ahora, con estos estudios, se conoce mucho más la enfermedad y el médico de cabecera y los endocrinos inciden en aspectos clave para detectar la posibilidad de padecerlo".

Los estudios, muchos de ellos realizados conjuntamente con el Centro de Investigación Biomédica en Red de Obesidad y Nutrición (CIBERobn), también ponen de manifiesto que, a pesar de que los pacientes con trastorno por atracón tienen mayor tendencia al abandono del tratamiento, estos presentan tasas superiores de mejora que los otros trastornos alimentarios una vez finalizada la terapia.

"La falta de pérdida de peso por no poder hacer dieta durante el seguimiento del tratamiento es uno de los principales factores de abandono", añade Fernando Fernández, que subraya la importancia del tratamiento psicológico, que consiste en la realización de una terapia de grupo a la semana durante 16 sesiones, que se puede complementar con tratamiento farmacológico.

En este sentido, el hospital ha estudiado poblaciones específicas con trastorno por atracón y otros trastornos alimentarios, como son las personas con diabetes tipo 1. Estos pacientes, especialmente aquellos con características bulímicas, suelen utilizar la omisión de insulina como conducta compensatoria.

Se caracterizan por presentar menos perseverancia, ser más inestables y tener menos motivación frente al tratamiento, lo que explica su elevada tasa de abandono de la terapia, más alta que en las personas sin diabetes, que en la mayoría de casos se produce en las primeras dos semanas.

El Hospital de Bellvitge forma parte del "Health Universitat de Barcelona Campus" (HUBc), una alianza o 'hub' que engloba a treinta entidades dedicadas a la formación, la investigación y la transferencia de conocimiento en el ámbito de la salud.

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