Aceite a base de semillas de uva

Los compuestos presentes en el aceite de V. vinífera L. hacen de este subproducto del vino una fuente de nutracéuticos naturales.

La producción de vino es una actividad humana milenaria que genera varios subproductos, entre los que se encuentran algunos compuestos conocidos por su potencial en el cuidado de la salud y por su papel en la industria alimentaria o cosmética. Cualquier variedad de uva (Vitis vinifera L.) contiene nutrientes y compuestos bioactivos en sus partes sólidas y líquidas. El extracto de semilla de uva ha demostrado muchas actividades en la prevención de enfermedades, como los efectos antioxidantes, que lo convierten en una fuente potencial de nutracéuticos. Un grupo de investigadores de la Universidad de Sevilla y del Instituto de la grasas CSIC, han agrupado  en este trabajo las ventajas de la ingesta de aceite de semilla de uva en la dieta en cuanto a su composición química.

La semilla de uva es un subproducto de la industria vitivinícola con muchos compuestos bioactivos (flavonoides y 10 veces más fenoles que en la piel). En la  composición nutricional de su aceite destacan en primer lugar, los ácidos grasos insaturados (90%) frente a las grasas saturadas (10%). Constituyendo los ácidos grasos insaturados el ácido linoléico (ácido graso poliinsaturado) y el ácido oleico (ácido graso monoinsaturado).

En el aceite de semilla de uva el contenido en linoléico polinsaturado es relevante debido a su papel promotor de la salud cardiovascular. El ácido oleico es el segundo ácido graso más abundante en el aceite de semilla de uva. Sin embargo, no es abundante en comparación con otros aceites vegetales comestibles, con menos de la mitad de la concentración de los aceites de cacahuete, almendras y colza. El aceite de semillas de uva, entre los aceites vegetales, parece ser importante para la ingesta humana y la conservación del aceite. En cuanto a los ácidos grasos saturados tiene concentraciones bajas similares a los aceites vegetales comestibles, salvo el aceite de coco (empleado en la cocina y con valores del 90% de ácidos grasos saturados). 

Numerosos estudios han señalado actividades antioxidantes y antiinflamatorias del aceite de uva. Los ácidos grasos esenciales, como el ácido linoleico, la vitamina E y los fitoesteroles, así como los fenoles hidrofílicos, parecen ser prometedores no solo como compuestos nutricionales sino también terapéuticos. Muchos de ellos se encuentran actualmente en pruebas experimentales por sus  propiedades anticancerígenas.


 REF: Martín y col. Aceite de Semilla de Uva (Vitis vinifera L.): Un Alimento Funcional de la Industria Enológica. Alimentos. 2020 octubre; 9(10): 1360.

Te puede interesar
Más en Sociedad