Los adictos al sol tienen un 75% más de posibilidades de tener cáncer de piel

Las personas adictas al bronceado (tanorexia) tienen un 75 por ciento más de posibilidades de padecer un cáncer de piel debido a la necesidad constante de estar siempre tomando el sol no sólo en verano, sino también en invierno o a través de los rayos UVA.
Así lo ha manifestado el dermatólogo Rafael Giménez Puya, quien ha afirmado que este tipo de adicción 'es muy probable que genere un melanoma' y ha explicado que en su desarrollo intervienen factores psicológicos y biológicos, ya que está adicción está sustentada por proteínas del cerebro (endorfinas) que se segregan cuando se produce una sensación de placer y descanso, es decir, 'cuando se está a gusto'.

Para Giménez Puya, la terapia de una persona tanoréxica empieza por 'reconocer que se tiene esta adicción' y continúa estableciendo un tratamiento psicológico que le permita hacerse consciente de los riesgos que tiene tomar el sol sin precaución.

Ha explicado además que una persona tanoréxica busca tomar el sol en las horas en las que éste hace más daño, pero su adicción es tal que llega a sobrepasar la época estival deseando mantener el bronceado también en invierno y para ello usa de forma abusiva las cabinas de rayos UVA.

En este sentido, el dermatólogo ha expresado su 'satisfacción' por el hecho de que se haya reconocido la peligrosidad de las cabinas de rayos UVA, algo que ha supuesto 'una larga lucha' para hacer ver que no se interpone nada entre los rayos UVA y la piel.

Por su parte, la presidenta de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en Córdoba, María Luisa Cobos, ha expresado que tomar el sol con la medida adecuada y en las horas recomendadas 'no es ningún síntoma de tanorexia' y tampoco 'son negativos los rayos UVA si son controlados para medicación y enfermedades como la soriasis'.

No obstante, ha recomendado que se utilicen estas cabinas en centros controlados y homologados, pero 'no en cualquier peluquería'.

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