Los efectos provocados por el alto consumo generan un coste anual al Estado de 6.000 millones

El alcohol, detrás de problemas mentales en numerosos jóvenes

Una joven consume alcohol en un botellón durante el verano.
Los efectos producidos por el consumo de alcohol provocan un coste anual al Estado de casi 6.000 millones de euros, lo que equivaldría aproximadamente al 1,23 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), entre pérdidas de productividad laboral, accidentes o gastos sanitarios, entre otros.
Así lo aseguraron ayer con motivo de la celebración del Día Mundial sin Alcohol, el próximo 15 de noviembre, el presidente de Socidrogalcohol y del Consejo Español del Cerebro, Julio Bobes; el secretario de la sociedad y coordinador del Centro de Adicciones San Juan de Dios de Palencia, Antonio Terán, y el tesorero de la Junta de la misma organización y asesor médico de la Federación de Alcohólicos Rehabilitados de España (FARE), Francisco Pascual.

Todos ellos destacaron los peligros que tiene el consumo de alcohol en los problemas mentales de lso jóvenes, y el 'elevado' gasto que supone este hábito ya que, además, existen 'múltiples costes' que no se pueden cuantificar y que están íntimamente relacionados. De hecho, es la causa de baja laboral de hasta un 20 por ciento de los casos y de la aparición de más de 60 enfermedades orgánicas como, por ejemplo, cáncer. Además, provoca la muerte de uno de cada siete hombres y de una de cada trece mujeres en Europa.


EL INICIO, A LOS 13 AÑOS

Los expertos avisaron de que, más allá de los costes que conlleva este consumo, el alcohol provoca importantes alteraciones en el sistema nervioso central, especialmente entre los jóvenes hacia los que están actualmente encaminadas todas las campañas de prevención. El principal problema, además, se sitúa en el hecho de que el cerebro no para de desarrollarse hasta alcanzar los 25 años. Por tanto, y teniendo en cuenta que la edad media de inicio de consumo de alcohol se sitúa entre los 13 y 14 años, los adolescentes están sufriendo daños irreversibles en su desarrollo neurológico.

En concreto, los representantes de Socidrogalcohol informaron de que entorno al 40 por ciento de los pacientes admitidos a tratamientos por problemas derivados de esta ingesta presentan trastornos mentales como, por ejemplo, episodios psicóticos transitorios o alucinosis alcohólica. Asimismo, el alcohol también acompaña a otros trastornos como los depresivos, de ansiedad, de personalidad o de alimentación. Del mismo modo, recientes estudios de neuroimagen confirmaron que el consumo crónico de esta sustancia produce cambios globales en la morfología cerebral, tanto a nivel cortical como subcortical, y en las funciones cognitivas como, por ejemplo, la planificación, previsión, solución de problemas complejos, toma de decisiones, atención, memoria y funciones visoespaciales.

'Por tanto, está demostrado que el alcohol produce daños cerebrales, enfermedades mentales y atrofia cerebral. Además, esta coexistencia o morbilidad asociada de un trastorno por consumo de alcohol con otro trastorno mental dificulta el diagnóstico y tratamiento de ambos, complicando así la evolución y el pronóstico final', según señaló el especialista en los problemas derivados del consumo entre los jóvenes, Antonio Terán.

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