Estas modificaciones afectan a todas las funciones controladas por el reloj biológico del cerebro

Anular la siesta, lo mejor para superar el cambio de horario

Anciano. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Así, reducir o anular la siesta días después del cambio horario ayuda al organismo a adaptarse a la nueva situación, aseguró el doctor José Antonio Madrid, miembro de la Sociedad Española del Sueño (SES), quien sostuvo que esta costumbre es 'muy beneficiosa' si se hace durante un periodo corto de tiempo. 'La siesta es un periodo en que el que nuestro cuerpo está preparado de forma natural para dormir', señaló este experto a la vez que matizó que dormir demasiado después de comer dificulta, por la noche, la conciliación del sueño.
Por este motivo, afirmó que el tiempo de siesta 'ideal' pasa por entre 18 y 20 minutos, 'ya que rompe con ese cansancio que hay después de comer' pero no tiene consecuencias negativas como las que produce una siesta larga (atontamiento y cambio de humor). Después, 'hasta que vuelves a encontrarte bien pasa demasiado tiempo y, luego, a la hora de acostarnos vamos a tener más complicado el que durmamos a la hora y con la calidad adecuada', argumentó Madrid.

Los relojes se adelantarán una hora en la próxima madrugada del sábado al domingo -a las dos serán las tres- para recuperar el horario de verano. En general, este experto reconoció que el cambio de hora en primavera, en el que se pierde una hora de sueño, 'afecta a todas las funciones controladas por el reloj biológico que está en el cerebro'. 'Este reloj tiene tendencia a seguir funcionando con la misma velocidad todos los días pero si se le quita una hora se requiere un esfuerzo para adaptarse al nuevo horario de sueño', explicó. El proceso de adaptación al nuevo horario, prosigue Madrid, dura entre tres y cuatro días en los que a todo el mundo le va a costar más levantarse y acostarse. Además, su apetito va aparecer en horas diferentes a las que se está acostumbrando.


SOMNOLENCIA Y CANSANCIO

'Cuando llega la hora de ir a la cama no sentimos sueño, ya que el cuerpo está preparado para dormir una hora más tarde', precisó el representante de SES, quien reconoce que todo ello genera 'más somnolencia y más cansancio'. No obstante, el colectivo más afectado son los niños y ancianos, ya que son los que más dificultades van a tener, ya que tienen 'un reloj más rígido y cuentan con una mayor dificultad para sincronizarse al nuevo horario', señaló Madrid. De esta manera, su sueño se fragmenta, por lo que no es de gran calidad. Con todo, este experto recomienda, a parte de anular la siesta temporalmente, intentar levantarse 'desde el primer día del cambio horario' a la misma hora. Así, la noche siguiente, el cuerpo tiene más tendencia a dormir. 'Es más fácil cambiar la hora de despertar que la de acostarnos', apostilló.

También, comer a las mismas horas que antes porque ayuda a regular el reloj biológico; recibir luz natural y hacer ejercicio a primera hora de la mañana; evitar realizar una actividad física intensa e intelectual y recibir luz brillante al menos dos horas antes de dormir.

Este experto precisó que si el individuo realiza actividad física inmediatamente antes de acostarse 'no siente sueño porque está demasiado excitado y no se puede dormir'. Madrid advierte además que las personas que padecen trastornos de sueño pueden ver empeorar sus síntomas durante los días de adaptación al nuevo horario.

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