Bacterias y cristales entre la comida, el currículum de Lidl

Entrada a un supermercado Lidl en Madrid (EFE).
photo_camera Entrada a un supermercado Lidl en Madrid (EFE).
El último caso de la cadena de supermercados fue la detección de listeria en un producto de cecina

El pasado jueves -9 de marzo- la cadena de supermercados alemana Lidl retiró del mercado un producto de cecina loncheada en aceite de oliva del fabricante Friber. La causa fue que se detectó en el alimento la presencia de la bacteria Listeria monocytogenes, que puede causar enfermedades gastrointestinales graves. 

Ante la problemática, Lidl pidió a los compradores a través de un comunicado que no lo consuman e indicó que podían devolverlo en sus tiendas, donde se le reeembolsaría el precio de la compra. 

Pero esta no es la primera vez que la cadena se ve obligada a retirar un producto del mercado, y los motivos van desde la presencia de bacterias en el alimento hasta el riesgo físico por tener restos metálicos. 

El año pasado, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) alertó que había retirado de la venta una torta de chocolate negro crujiente de la marca DOR, que habitualmente se puede encontrar en Lidl. El motivo fue que presentaba trazas de lactosa, cuando en el etiquetado se especificaba justo lo contrario. 

En otra ocasión, la cadena se vio obligada a retirar de la venta un queso rulo de cabra de 100 gramos del proveedor Jermi -y un queso brie de la misma marca- porque los cotroles internos del proveedor detectaron la presencia de Listeria monocytogenes. 

Uno de sus productos estrella, las chocolatinas Peanut and Choco, también fue retirado. La eliminación de estas barritas rellenas de crema de cacahuete sigue siendo una incógnita a día de hoy, ya que la cadena nunca quiso especificar el motivo. “Ojalá podáis encontrarlo pronto en nuestras tiendas”, tuiteó Lidl ante las quejas de los usuarios. 

¿Yogur o insecticida?

La salmonella también estuvo presente en los alimentos de Lidl: en este caso, en una chistorra de Navarra. La Aesan tuvo conocimiento de esta infección -a través del Sistema de Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI)- gracias a una notificación trasladada por las autoridades sanitarias de Navarra. El 18 de noviembre de 2022 el producto también fue retirado. 

La presencia de bacterias no es el único motivo por el cual Lidl retira sus alimentos a menudo. En este caso, el riesgo físico del consumidor por la contaminación de unos frutos secos con cuerpos metálicos se lleva una de las coronas. El alimento en cuestión era un lote de almendras fritas con miel de la marca Alesto. 

Otro de los elementos que fue encontrado en uno de sus productos fueron los cristales de estruvita, localizados en latas de calamares elaborados por la marca española Sol & Mar, distribuida por Lidl. Este producto solo fue retirado en Reino Unido, pero en España todavía se pueden comprar.

Otro escándalo guarda relación con sus empanadas de pollo, setas, carne picada y cebolla, que tuvieron que ser retiradas al encontrar pequeños trozos de cristales. En este caso no se trataba de pequeñas partículas -como en los calamares- sino de cristales de verdad. La causa que alegó la compañía y el proveedor fue la de la explosión de unas bombillas durante el proceso de producción de las empanadas. 

En 2008 ocurrió uno de los casos más escandalosos de Lidl, cuando el Instituto Nacional del Consumo le obligó a retirar un fuerte insecticida y plaguicida que recibía el nombre de Chupibichos. El problema era que su envase era idéntico al de un yogur. Por suerte, no llegaron a producirse equivocaciones. 

Publicidad engañosa o vender productos a precios “dumping”

El modelo de negocio de la cadena alemana Lidl lleva un cuarto de siglo siendo cuestionada por los críticos. El motivo es que -según argumentan- para Lidl lo importante es atraer al consumidor sin importar los métodos. Esto se evidencia en diversos aspectos como la venta de productos con pérdidas o la precariedad laboral. 

La precariedad de sus trabajadores o la sobrecarga de trabajo ya se evidenció durante la primera ola del covid, cuando los trabajadores denunciaron de forma insistente que la cadena alemana -con 600 tiendas en España- ponía en peligro a la plantilla y a los clientes al no usar gel o guantes en los accesos. Esto desembocó en una huelga estatal en junio de 2020. 

Igual que Mercadona y otros, Lidl es acusada de vender productos a pérdida -“dumping”, algo ilegal en España- para atraer clientela. Productores y sindicatos denunciaron los precios de los huevos, del pollo, de las mandarinas, del aceite o de los yogures. Murcia le multó en 2015 con 9.000 euros por el conejo y “obstruir la labor inspectora”, y  en 2014, La Rioja abrió un expediente  tras la denuncia de varias bodegas. 

Lidl también ha sido señalada por atraer a clientes con mensajes que no atienden a la realidad. En 2020, productores valencianos denunciaron que promocionaba arroz de esta comunidad siendo murciano. Al hilo de esto, Italia le multó con un millón por confundir al hacer pasar por pasta italiana lo que no era. 

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