MÚSICA

Balas entre corcheas: cuando Phil Spector pudo matar a John Lennon

Dibujo
photo_camera Portada del disco con un Lennon que parece sacado del Hamburgo de los 60.

Tal día como hoy del año 1975, el mundo conocía un disco de John Lennon que se llamó simplemente 'Rock'n'Roll', en el que me quiero detener al cumplirse el aniversario de su edición

Comercialmente hablando, desde hace muchos años se ha impuesto una suerte de costumbre -que desde luego, yo no hago mía- según la cual solo se debe hablar o escribir sobre John Lennon en diciembre, a ser posible coincidiendo con el enésimo recopilatorio de Lennon editado en el puente de la constitución y con el supuestamente evocador recuerdo de la nieve sobre Central Park y el edificio Dakota, así como con la  convenientemente edulcorada coreografía verbal de algún prócer de la cultura oficial pontificando sobre la transición y los años 80, o dicho de otra forma, agarrándose a la manoseada fórmula del “ochéntame otra vez”. 

Siento decepcionar a quienes se encuentren cómodos en este tipo de formalismo periodístico, pero no. No vamos por ahí. Tal día como hoy del año 1975, el mundo conocía un disco de John Lennon que se llamó simplemente 'Rock'n'Roll', en el que me quiero detener al cumplirse el aniversario de su edición y que no voy a entrar en la discusión acerca de si es o no el mejor de su historia. De lo que sí estoy seguro, y creo que encontraré pocas discrepancias a esta afirmación, es que es su disco más genuinamente rockero, sucio, más cercano al Lennon barriobajero y pendenciero de los Beatles de Hamburgo en 1961 y quizá -reitero: quizá, me niego a pretender sentar cátedra sobre esto- el más sincero, transparente y espontáneo de su trayectoria. 

Toda una declaración

De hecho, no solamente el título, 'Rock'n'Roll' es ya una declaración de principios: la portada del disco, que nos muestra a un Lennon que parece sacado de la Reperbahn del Hamburgo de comienzos de los 60, enfundado en cuero y recreando la sordidez estética de los primeros tiempos del rock'n'roll, ya nos introduce en un Lennon distinto, en un Lennon que dista mucho en ese momento de ser el Lennon de Amsterdam en 1969, del “Bed-In”, del de “Imagine” e incluso del Lennon que hizo su última actuación en directo en 1972 en Nueva York. ¿Marketing u honestidad? Me quedo, aunque fuera inconsciente, con lo segundo. 

En el mundo de la crítica literaria se dice que la mejor poesía es la que nace del dolor, de la confusión, de los corazones atormentados o de las memorias teñidas de una nostalgia hiriente y descarnada. En el caso que nos ocupa, el John Lennon que graba este "Rockn'Roll" cuyo aniversario conmemoramos hoy, es un músico dolido, confuso y desnortado ante la crisis emocional que le supone su separación de Yoko Ono y la sentencia judicial en su contra que le obliga tras una denuncia del editor Morris Levy por infracción de derechos de autor con respecto a la canción de los Beatles “Come Together” -de la que se dijo que se había plagiado parte de la letra del “You Can't Catch Me” de Chuck Berry- que tras un largo periodo de litigio en los tribunales, le obliga a grabar en su próximo disco tres canciones cuyos derechos de autor pertenezcan a la editorial de Levy. 

20180217205019509_resultObligado por tanto a grabar temas de un catálogo que se basa fundamentalmente en piezas del rock'n'roll más clásico, Lennon de le da la vuelta al asunto y decide convertir su próximo disco de estudio en un homenaje a los orígenes del rock'n'roll, y para ello, decide volver a contar con el mítico Phil Spector, con el que ya había trabajado en la Plastic Ono Band y en su excelente álbum de 1972 "Some Time In New York City". Lo cual además supuso una vía de escape al callejón sin salida en el que se encontraba a nivel creativo, pues la ruptura con Yoko le había afectado de tal manera que no se sentía capaz de componer ni una sola canción nueva. En palabras del batería Jim Keltner, que trabajó con él en ese periodo, “no era el John de siempre. Estaba irritable, nervioso, se le veía muy inseguro, bebía demasiado y en ocasiones transmitía mucha tristeza”. 
 Phil Spector no atravesaba un momento mejor cuando comenzó la grabación de este disco en octubre de 1973. También bebía con exceso y su excéntrico carácter en esas circunstancias chocó con el de Lennon, hasta el punto de que un día Spector se presentó en los A&M Studios de Los Angeles y disparó con fuego real varias veces sobre el techo de la cabina de producción, lo cual tuvo como consecuencia que los propietarios del local les echasen de allí y cancelasen la grabación. 

A los pocos días se reanudó el trabajo en el disco en los Record Plant de LA, pero Phil Spector un día, a las dos semanas de haber empezado a grabar alli, no solamente no se presentó a la sesión de grabación; se marchó de la ciudad llevándose todas las cintas con las grabaciones de los temas para el disco, y cuando volvió a dar señales de vida, adujo que tuvo que huir porque tenía en su poder las cintas del Caso Watergate (!) y que la CIA le perseguía para hacerle desaparecer. Para añadir más picante al asunto, el 31 de marzo de 1974 Spector sufrió un accidente de coche que le dejó varios meses en coma, con lo cual Lennon abandonó este proyecto y empezó a preparar un nuevo trabajo al que había llamado "Wall And Bridges", que grabó en un tiempo récord con la inestimable ayuda de su amigo Elton John y que editó el 4 de octubre de 1974. 

Pero la sentencia que le obligaba a grabar canciones de la productora de Morris Levy seguía pendiente de ejecución, y un juez federal comunicó a Lennon que si no grababa y editaba esas canciones, las cosas se pondrían muy feas para él. Cabe imaginar que despúes de haber sido proclamado por el presidente Nixon “enemigo público nº1 de America” por su oposición a la guerra de Vietnam, Lennon intuyó que ninguna corte americana sería favorable a sus posiciones, de manera que retomó el proyecto de disco de rock'n'roll clásico. Proyecto que le salió, problemas judiciales al margen, bastante caro, en tanto en cuanto el director artístico de Capitol Records, Al Coury, recuperó las cintas grabadas con Phil Spector por 90.000 dólares que le exigió a Lennon, quien se recluyó en septiembre de 1974 en una antigua granja de Catskill habilitada como local de ensayo y estudio móvil para terminar el disco. Para la historia con mayúsculas del rock queda la nómina de talentos que pasaron por alli y dejaron su impronta, tales como el batería Jim Keltner, el bajista Klaus Voorman, Steve Cropper de Booker T & The Memphis Group o Jesse Ed Davis en las guitarras o Leon Russell en los teclados. El 21 de octubre de 1974, Lennon regresó a los Record Plant Studios de Nueva York y completó el álbum en cuatro días. 

En esos microsurcos de oro John Lennon nos dejó maravillas como el medley “Rip It Up/Ready Teddy, su inmenso “Stand By Me”, fabulosas versiones de “You Cant'Catch Me” -nunca el obligado cumplimento de una sentenci judicial dejó a la historia del rock una pieza más magistral- y “Sweet Little Sixteen” así como una sensacional “Peggy Sue”, un emocionante “Bring It On Home To Me” impregnado del veneno blues y un “Be Bop A Lula” que estremecen al escucharlos y sentir, percibir en ellos a ese John Lennon airado, lleno de adrenalina, que vuelve a subir el volumen del amplificador de su guitarra y nos recuerda que toda su historia, su personalidad, su papel en la historia más allá de la música e incluso su leyenda, nace de esos cuatro acordes, simples pero mágicos, que conocemos como Rock'n'Roll. Sólo por eso merece la pena celebrar que aquel 18 de febrero de 1975 John Lennon nos desnudó sus entrañas más visceralmente rockeras y nos hizo un regalo que nunca le agradeceremos lo suficiente. 
Y eso que uno de los disparos del revólver de Phil Spector pasó a menos de un metro de su cabeza...  

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