VIGO

Barbería centenaria y con glamour

Pedro Fernández, afeitando a navaja.
photo_camera Pedro Fernández, afeitando a navaja.

La aparición del negocio en un anuncio de televisión despierta el interés entre los vecinos y los turistas que se acercan a curiosear, mientras su propietario asegura que ya está acostumbrado a lidiar con cámaras

El ambiente de otra época envuelve la barbería Carral, que desde hace un siglo, corta y afeita a niños y caballeros a filo de navaja a unos metros de la Porta do Sol. “Aunque los tiempos cambien sigue habiendo clientes para este tipo de negocios”, asegura Pedro Fernández, que desde hace 52 años trabaja en ese salón: “Comencé con 11 años ayudando a mi tío, que fue el que la fundó; creo que soy de las pocas personas que puede decir hoy en día que lleva tanto tiempo acudiendo a trabajar al mismo sitio, literalmente”. Pedro tiene asegurada la sucesión en su hijo, Iago.

Con una cristalera todo a lo largo de la fachada, están acostumbrados a atender a los turistas, que cautivados por su estética, entran a hacerse fotografías e incluso a cortarse el pelo. Pero los últimos días este interés ha aumentado, desde que sirvió de escenario para el último anuncio del supermercado Gadis: “Mucha gente se sorprende al reconocerlo, porque en la televisión piensan que es en Coruña”, señala Pedro, para quien la experiencia no fue nueva: “En esta ocasión no quisieron que actuásemos, pero ya salí en un anuncio con Juanfran, cuando era jugador del Celta y también me entrevistó Mariló Montero para TVE, bueno parecía yo el locutor”. Todo un día, desde las 9 de la mañana hasta las 2 de la madrugada, la barbería se convirtió en plató. Después en el estudio se montó un anuncio con imágenes rodadas en Betanzos, Santiago o en la playa Valcobo, en Arteixo.

Un mes después del rodaje publicitario, la tranquilidad volvió al local. A los curiosos que se acercan por el lugar les muestran la silla-caballito, en la que desde hace 53 años se acomodan los más pequeños, o la réplica de Lola, la urraca adiestrada que criaron y cuidaban hasta que por un mal entendido Seprona se la llevó. Así, el tiempo va más lento en la Barbería Carral.n

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