Cachamuíña, o asalto á porta de Gamboa e a primeira derrota de Napoleón en Europa

Os franceses desfilan, derrotados, ante Morillo e o abade de Valadares.
photo_camera Os franceses desfilan, derrotados, ante Morillo e o abade de Valadares.

“De la historia de aquella Reconquista y principalmente de las especiales menciones que los historiadores hacen de las figuras que escribieron la bella página viguesa -escribe Manuel Gonzalo Prado  en ‘La Reconquista de Vigo y Pablo Morillo, el héroe que no fue’-, sobresalen con luz propia los nombres de los que dichos por el orden cronológico de sus respectivas actuaciones, se llamaron: Limia, Arias, Carolo y Cachamuiña, sin menoscabo de las egecutorias que adornan al portugués Almeida y a los caudillos Gago, Inda o Colombo. ¿Acaso también la de nuestra bella heroína María de la Aurora, tan inmerecidamente olvidada por los autores?”

Co apelativo de “Cachamuíña” estase referindo o historiador a Bernardo González del Valle, o valente capitán do exército de voluntarios do Ribeiro, natural de Cachamuíña (Pereiro de Aguiar), que liderou o asalto á porta de Gamboa (a porta que lle deu acceso ás tropas populares para expulsar ós franceses dos castelos do Castro e de San Sebastián) e que acabou sendo nomeado gobernador da plaza recuperada. 

Pero, para ser máis diáfanos vexamos como describen os cronistas o asalto á devandita porta, así como a entrada en tromba ó interior da vila que onte -xa cidade-  reviviu a veciñanza viguesa coa tradicional representación festiva.

“...Al atardecer del día 27 se marzo se decide iniciar el asalto por parte de multitud de paisanos y tropas regulares no demasiado numerosas, entre las cuales también participaban soldados de Almeida. Destacó en especial la figura de un marinero del barrio del Berbés, conocido como Carolo, que trató de superar la puerta de la Gamboa rompiéndola a hachazos, y en cuya acción fue herido de balas de fusil perdiendo la vida. Le sustituyó de inmediato en el empeño de abatir la puerta el capitán Bernardo González del Valle (Cachamuiña), logrando derribarla a pesar de que también fue herido de bala hasta tres veces, pero socorrido a tiempo por soldados y paisanos, fue hospitalizado y salvó la vida”.

Loxicamente a vitoria non só descansou neles, senón no seo “de unos paisanos desorganizados, inexpertos y carentes de armamento”, o cal tivo que ser máis desonroso aínda para o exército de Napoleón, que ata ese día non sufrira nunca unha derrota en Europa, pero que se topou en Vigo coa afouteza e o vigor -nunca mellor dito- de tres arroutados ourensáns.

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