Alrededor de un diez por ciento de los españoles sufre dermatitis atópica, enfermedad crónica que tiene en el otoño su estación más dura, que afecta especialmente a los niños, y que se ha triplicado en los últimos treinta años aunque también se diagnostica más.
Así lo ha expuesto en Valladolid el secretario de la Asociación nacional de Pacientes con esta enfermedad (ADEA), José Diniz, que ha presentado junto a la dermatóloga Teresa de Pedro y la pediatra María Jesús Redondo una campaña informativa que viajará por las diez ciudades españolas más importantes para dar a conocer esta afección y concienciar a los pacientes para que no abandonen el tratamiento.
Picor intenso y lesiones en la piel son algunos de los síntomas visibles de esta dolencia cutánea, que según ha recordado Diniz en rueda de prensa, provoca que quien la sufre pierda un promedio de tres días laborales al año y su sueño se vea alterado, debido a la media de brotes de seis a siete al año, unos cincuenta días.
Las especialistas han recordado que no se conocen las causas de esta enfermedad inflamatoria, que parece tener un componente genético, y en la que también intervienen factores ambientales, alérgicos, psicológicos, químicos, meteorológicos -el clima frío, húmedo y sin sol es desfavorablee incluso el sudor.
Han insistido en que hay que tener paciencia a la hora de seguir unos cuidados continuados y para no transmitir, en el caso de los más pequeños, angustia o estrés, otro de los factores que incide a la hora de sufrir brotes.
Afecta a la calidad de vida porque es visible e influye en el entorno laboral, en la pareja y los amigos, ha referido Teresa de Pedro, quien ha expuesto algunos cuidados básicos para evitar los brotes, como no llevar ropa ceñida y que sea de algodón o lino, calzado transpirable, las uñas cortas y limpias, para evitar infecciones en el rascado, o duchas cortas con productos no irritantes.
María Jesús Redondo, desde su experiencia como pediatra en Valladolid, ha recordado que puede afectar a un 18 por ciento de los niños menores de dos años, aunque al llegar la adolescencia en un ochenta por ciento de los casos mejora o desaparece y sólo uno de cada cinco enfermos son adultos.
En muchos casos, ha detallado, los padres no aceptan el carácter crónico de la enfermedad y no cumplen con el tratamiento, que va desde los corticoides tópicos y orales pasando por los antihistamínicos y fármacos inmunomoduladores.
El objetivo de la campaña, que se desarrolla mediante charlas con especialistas, es animar a los pacientes a que cumplan con los tratamientos, según Diniz, y a que puedan informarse para no llegar a casos extremos en los que puede conducir a depresiones e incluso al suicidio.
Picor intenso y lesiones en la piel son algunos de los síntomas visibles de esta dolencia cutánea, que según ha recordado Diniz en rueda de prensa, provoca que quien la sufre pierda un promedio de tres días laborales al año y su sueño se vea alterado, debido a la media de brotes de seis a siete al año, unos cincuenta días.
Las especialistas han recordado que no se conocen las causas de esta enfermedad inflamatoria, que parece tener un componente genético, y en la que también intervienen factores ambientales, alérgicos, psicológicos, químicos, meteorológicos -el clima frío, húmedo y sin sol es desfavorablee incluso el sudor.
Han insistido en que hay que tener paciencia a la hora de seguir unos cuidados continuados y para no transmitir, en el caso de los más pequeños, angustia o estrés, otro de los factores que incide a la hora de sufrir brotes.
Afecta a la calidad de vida porque es visible e influye en el entorno laboral, en la pareja y los amigos, ha referido Teresa de Pedro, quien ha expuesto algunos cuidados básicos para evitar los brotes, como no llevar ropa ceñida y que sea de algodón o lino, calzado transpirable, las uñas cortas y limpias, para evitar infecciones en el rascado, o duchas cortas con productos no irritantes.
María Jesús Redondo, desde su experiencia como pediatra en Valladolid, ha recordado que puede afectar a un 18 por ciento de los niños menores de dos años, aunque al llegar la adolescencia en un ochenta por ciento de los casos mejora o desaparece y sólo uno de cada cinco enfermos son adultos.
En muchos casos, ha detallado, los padres no aceptan el carácter crónico de la enfermedad y no cumplen con el tratamiento, que va desde los corticoides tópicos y orales pasando por los antihistamínicos y fármacos inmunomoduladores.
El objetivo de la campaña, que se desarrolla mediante charlas con especialistas, es animar a los pacientes a que cumplan con los tratamientos, según Diniz, y a que puedan informarse para no llegar a casos extremos en los que puede conducir a depresiones e incluso al suicidio.
