Coché Vil: "No me gusta estar parado, me gusta darme caña"

Gracias a la hiper-actividad que lo caracteriza, el músico está estrenando disco, “Invincible”, a la par que llega a los cines, el 12 de marzo, la película “Olvido y León”, de cuya banda sonora es autor. “Incluso las gafas, progresivas”, bromea Cochè Vil desde sus redes sociales. Es que el músico ourensano -que cuenta en su biografía con grupos como Biosbardos y BIOS y hasta hace poco fue bajista del ex Siniestro Total Miguel Costas- está inmerso en un proyecto de rock progresivo al que denominó “Invincible”, disco de edición limitada en vinilo que cuenta con la particularidad de haber sido grabado on-line con el cantante Leonel Silva y el batería Fernando Jaramillo y en el que se hizo cargo del resto de los instrumentos y, por supuesto, de la composición. Justo, también es responsable de la composición de la banda sonora de la película “Olvido y León”, secuela de “León y Olvido”, del director Xavier Bermúdez, de la que también compuso la música, al igual que de cintas como “Rafael”, “Un ajuste de cuentas”, “Un cuento para Olivia” o “Nena”. ¿Es más complejo hacer la música para una película que una música propia?; ¿qué tanto hay de libertad creativa y qué tanto de sometimiento a lo que diga el director? Es muy distinto. Para hacer una música propia hay gente que quizá busca algo concreto y yo mi música la hago como me surge. Pero en el cine tienes al director que es el que manda en todo lo que ocurre en la película. He hecho con Xavier Bermúdez varias y es bastante rígido porque hace sus secuencias y se imagina unas cosas y entonces es bastante cerrado. La libertad que decías no es mucha. Él me cuenta qué instrumentación se imagina que debería sonar, y yo voy haciendo y corrigiendo cosas. Es duro, porque además es bastante tenso porque trabajas con plazos cortos; tú no puedes hacer la música hasta que ya tienen las escenas hechas, con lo cual comienzas cuando la película está casi terminándose, entonces los plazos son pequeños. Yo alguna vez le dije que no quería seguir (risas), así como anécdota, pero él no me lo permitió. Es complicado porque si eres tú solo el que lo haces, tú te lo guisas y tú te lo comes, como decimos, pero cuando la otra persona tiene una idea en la cabeza y tampoco controla mucho de música para explicarte no es fácil. Pero el resultado al final fue bueno… En esta película es en la que estoy más contento. En otras no era de meter tanta música y esta vez sí que le forcé yo a que metiera un poco más. Antes ni quería llamar banda sonora a la música que hacía para otras películas pero esta vez sí me atrevo a llamarla banda sonora. Antes decías que hacer la música de una película es más complicado que una música propia, porque si es algo propio valdría el lema de yo me lo guiso y yo me lo como. El disco “Invincible” lo hiciste casi solo, ¿por qué? Fue un poco casual, yo estaba haciendo otros trabajos y empecé a buscar por Internet en páginas donde hay músicos para hacer colaboraciones como es en el caso del cantante y el batería que después participaron. Empecé en Navidades a buscar músicos y en enero ya estaba haciendo esto, luego llegó marzo, hace justo un año, y lo curioso es que cuando empezó la pandemia yo ya estaba haciendo el trabajo on-line. Al final, dije "mira, qué bien me vino porque lo puedo seguir haciendo y si lo hubiera hecho en un local de ensayo hubiéramos tenido que parar". Y, por otro lado, como me gusta la música de los 70, y hay gente que sigue comprando discos, me gustó la idea romántica de editar un vinilo. La verdad que no se puede sonar como en los 70, es imposible, pero tampoco me gusta el sonido que hay ahora tan electrónico. Por eso busqué que participaran músicos de verdad; yo grabé las guitarras, los bajos, algunas teclas, poca colaboración me hacía falta, y el cantante, claro, porque yo ya tengo la garganta cascada. Con tu trayectoria y conocimiento del ámbito musical, ¿cómo se te ocurrió buscar músicos desconocidos en Internet y no recurrir a conocidos y/o amigos? Sí, estuve haciendo cosas con músicos de Ourense, como David Faílde y Sebastián Mato. Pero no me tengo que cerrar tampoco a los vecinos del barrio; hoy se puede grabar con cualquier músico de cualquier país del mundo y también es algo interesante. Además, hice varias pruebas y no estaba convencido. Y como aquí ya estaba haciendo cosas pensé “hago algo por un lado en Ourense y, por otro, avanzo con este otro proyecto con músicos on-line”, porque tampoco todos disponen de todo su tiempo para mí y no me gusta estar parado, me gusta darme caña. Te gusta hacer hincapié en que “Invincible”, tu nuevo disco, es rock progresivo. ¿Qué tal encaja la gente esta etiqueta en tiempos en los que el rock no es la música más escuchada, y menos aún el rock progresivo? A la gente le dices si le gusta el rock progresivo y te va a decir que no, pero después le pones canciones de Supertramp o Pink Floyd o Génesis y les gusta. Las etiquetas tanto te echan para afuera como no. Y lo de “Invincible” es un poco por esto de buscar un sonido potente contemporáneo pero sin perder lo que era el sonido de los 70. Y creo que lo conseguí. ¿Y cuándo será la presentación en directo? Yo no creo que este año 2021 sea bueno para nada, luego en el 22 a lo mejor sí, y lo de conciertos y festivales multitudinarios no lo veo hasta no sé cuándo. Creo que vamos a tardar tres años por lo menos. No va a ser ¡uy qué bien, ya se puede! Lo vamos a ir dejando muy lento, de hecho por culpa nuestra. ¿Por qué en Ourense hay tan pocos músicos de rock y tan poco espacio físico para tocar y escuchar rock? Hasta hace unos 10 o 15 años había donde escuchar rock casi todos los días o en más que un sitio por día. Sí que en Coruña y en Vigo sigue habiendo muchas salas, y el mismo día hay un montón de programación. No sé qué pasó, supongo que es como las olas, estás en el mar y te pones de espalda porque no viene la ola y de repente te cae una de estas grandes. Imagino que ahora no hay olas y vendrá en algún momento. A lo mejor es casualidad o a lo mejor habría que hacer un estudio más concienzudo de por qué sucede esto. Además, teniendo el ejemplo de Los Suaves y la frase del Yosi que decía “en Ourense suena el rock por todos los rincones”… La gente de aquella época nos vamos haciendo mayores, unos ya no salen, otros no sé qué, y los jóvenes son los que no están siguiendo el rock. De los tantos pubs que había para escuchar música muchos cerraron ya antes de la pandemia. Y para montar una sala haces los números y no te dan. En el Auriense yo tengo estado con 20 o 30 personas y si traes un grupo de fuera no te da ni para pagarle la gasolina. ¿Pero por qué si viene a Ourense un participante de un reality de Operación Triunfo, por ejemplo, se congrega mucha gente, y si toca un grupo de rock local no van más que la familia y los amigos? ¿Hay una especial fascinación del ourensano por el famoso que sale en la tele? Es totalmente así, quizá viene por ahí la cuestión; Coruña y Vigo son ciudades más grandes. Ourense al final es un pueblo y la gente admira a los que salen en la televisión y los va a ver, pero si el que actúa es tu vecino, el que vive ahí al lado, el que ves ir a comprar el pan, no lo vas a ver en un escenario. Están todos muy influenciados por los medios.