En los cinco primeros meses de este año, Policía y Guardia Civil desmantelaron 212 bandas

La delincuencia organizada se reparte la tarta del delito

La Policía Judicial de la Guardia Civil detiene a un delincuente en Almansa. (Foto: ARCHIVO)
Tres miembros, una permanencia en el tiempo y una especialización de funciones. Con eso basta para formar un grupo de delincuencia organizada, una actividad asentada en España, donde latinoamericanos, búlgaros, albano-kosovares, rumanos, magrebíes, chinos y españoles se reparten la tarta del delito. Sólo en los cinco primeros meses de este año, la Policía Nacional y la Guardia Civil desmantelaron un total de 212 grupos organizados, la mitad de ellos totalmente, y arrestaron a 2.260 personas pertenecientes a los mismos, según datos del Ministerio del Interior.
Entre enero y mayo las fuerzas de seguridad abrieron 5.412 investigaciones sobre la actividad de grupos organizados, lo que supuso un 23 por ciento más que el mismo período del año pasado. Y aunque es imposible saber el número de organizaciones de este tipo -la mitad de ellas dedicadas al tráfico de drogas y blanqueo de capitales-, las cifras que arrojó la lucha policial en 2012 contra ellas da idea de su 'arraigo' en España: 16.642 personas investigadas, 6.460 arrestadas, 482 grupos detectados y 449 desarticulados.

Además del delincuente miembro de una banda internacional que puntualmente viaja a España a perpetrar un delito, existe un número considerable de organizaciones asentadas en nuestro país que, incluso, se reparten la tarta según nacionalidades.


ROBOS EN NAVES

Como recuerda el jefe del departamento de Delincuencia Organizada de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, Antonio Cortés, de Latinoamérica, especialmente de Colombia, Perú y Ecuador, y del Magreb proceden las bandas dedicadas al narcotráfico de cocaína y hachís, respectivamente. Generalmente son albano-kosovares los grupos especializados en robos en naves industriales y comerciales; búlgaros los que muestran mayor habilidad y disposición de medios tecnológicos para la sustracción de vehículos; y rumanos los que prácticamente tienen el monopolio del robo del cobre, sin despreciar los atracos a entidades bancarias por la noche y los robos en casas.

Mientras, las bandas españolas se especializan en robos con el método del alunizaje y en la sustracción en ruta de la mercancía que transportan los camiones. Los más peligrosos son los narcotraficantes, donde los ajustes de cuentas, con homicidio incluido, son habituales. Y también son los grupos más especializados, los de mayor 'poderío económico' y lo que cuentan con mayor infraestructura dadas las características de su 'negocio'. Pero además de esta delincuencia organizada, existe otra, 'mas silenciosa', cuya actividad, explica Cortés, es menos percibida por los ciudadanos y que está integrada por chinos, rusos e italianos. Las bandas chinas se dedican en España al tráfico de seres humanos, delitos fiscales y contra la propiedad intelectual y contrabando de todo tipo de materiales.

Mientras, los rusos eligen España para blanquear, a través de inversiones inmobiliarias, el capital procedente de los delitos que perpetran en su país. También los grupos o mafias italianas optan por España para su actividad de blanqueo y tráfico de drogas, aunque los golpes policiales recibidos les han obligado a dejar de percibir nuestro país como el paraíso que llegó a ser para ellos hace tiempo.

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