PAPELES DEL ROCK

El día en el que Woodstock renació en Kingston

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photo_camera Bob Marley, durante su actuación en el Estadio Nacional de Kingston.

Claudius 'Claudie' Massop, partidario de Seaga y Aston 'Bucky' Marshall, leal a Manley, decidieron que el mejor medio para tratar de reconciliar a Jamaica era utilizar la música como un factor de unión a través de un gran concierto.

Jamaica... país de enormes contrastes. La cuna del rastafarianismo, un paraíso turístico solo al alcance de grandes fortunas avalado por una idílica imagen de radiante sol, blancas y limpias playas, exóticas palmeras y exquisitos cócteles de frutas tropicales con ron. Pero esta postal convive con bolsas de pobreza y marginación insostenibles y su capital, Kingston, goza de una más que desafortunada pero merecida fama de ser una de las ciudades más peligrosas y violentas del mundo. Esta situación ya se relataba en 1972 en aquella excelente película mitad documental mitad narración convencional llamada 'The Harder They Come' (más conocida en España tras su tardío estreno en 1980 como 'Caiga Quien Caiga')

Indudablemente y al lado de todas estas imágenes más o menos tópicas, Jamaica es asociada en todo el mundo al nombre de Bob Marley, el gran icono del reggae a nivel mundial. Nos ocupamos hoy del gran músico al hilo del recuerdo de uno de los conciertos de mayor significado social de su momento y que marcó en gran medida el tramo final de la carrera y de la vida de Marley, el 'One Love Peace' en el Estadio Nacional de Kingston, en el punto álgido de un amargo y mortal conflicto político que a finales de los 70 había dividido por completo al país. 22 de abril de 1978. Justamente hoy celebramos 40 años de aquel acontecimiento. 

 Pongámonos en situación. Desde que fue elegido primer ministro de Jamaica en 1972 el político de izquierdas Michael Manley, se inició una política de tipo socialista destinada a redistribuir la riqueza mediante la nacionalización de las principales industrias de exportación del país. Sus planes pronto chocaron tanto con la hostilidad de la CIA y de la Administración Nixon como con los intereses empresariales estadounidenses, que promovieron una suerte de bloqueo comercial encubierto y a partir de 1974, la abierta y agresiva oposición del líder conservador Edward Seaga del Partido Laborista de Jamaica. Los enfrentamientos entre los seguidores de ambos líderes pronto degeneraron en violentos disturbios callejeros, que se cobraron numerosas víctimas mortales cuando ambos bandos recurrieron a la delincuencia común y a bandas de gangsters armados para intimidar a la facción contraria. Algunos corresponsales de prensa de la época aseguraban que entre 1974 y 1975 Jamaica vivía en un clima de auténtica guerra civil.   

Irónicamente, la idea del concierto de One Peace Love provino de dos gánsters de facciones políticas rivales, que casualmente estaban encerrados en la misma celda y que deseaban acabar con toda aquella sangría. Claudius 'Claudie' Massop, partidario de Seaga y Aston 'Bucky' Marshall, leal a Manley, decidieron que el mejor medio para tratar de reconciliar al país era utilizar la música como un factor de unión a través de un gran concierto. Al darse cuenta rápidamente de que Bob Marley, residente en el exilio en Londres, era el elemento clave del que dependía el éxito de la iniciativa, Massop voló a Londres después de ser liberado de la cárcel para convencer a Marley de presentarse en el evento. Marley aceptó la invitación, y el concierto fue su primera actuación en la isla  desde el concierto "Smile Jamaica" que tuvo lugar días después de que intentaran asesinarle en 1976. Se dice, y no sin fundamento, que la noticia de que los dos líderes en disputa habían acordado trabajar juntos en un Comité Nacional por la Paz presidido por el jefe de la Iglesia Ortodoxa de Etiopía en Jamaica resultó determinante para que Bob Marley se decidiera a regresar a su país para hacer este gran concierto.

En la noche del 22 de abril de 1978, una multitud de más de 32,000 personas de todos los estratos de la sociedad agotó todas las entradas disponibles en el Estadio Nacional, con una ingente cantidad de soldados y policías fuertemente armados desde el frente y los lados del escenario que se extendía hasta el perímetro del estadio para ver el que se sigue recordando como el festival de reggae más grande de todos los tiempos.  

The Meditation, Althea and Donna, Dillinger, The Mighty Diamonds, Junior Tucker, Culture, Dennis Brown, Trinity, Leroy Smart, Big Youth, Beres Hammond, Peter Tosh, Ras Michael and The Sons of Negus, U-Roy, Judy Mowatt y como grandes estrellas del evento, Bob Marley & The Wailers, protagonizaron lo que la gran mayoría de medios que lo cubrieron, desde la BBC a la revista Rolling Stone, bautizaron como el “Woodstock del Tercer Mundo”. Las puertas del estadio se abrieron a las 14,00 horas, el concierto dio comienzo a las 17,00 horas y se prolongó hasta la madrugada sin que se produjera ni un solo incidente reseñable, en un clima de camaradería, distensión, mucha hierba y un sentimiento de comunidad que no se vivía desde hacía muchos años en la capital jamaicana. 

Tras la actuación de Beres Hammond, los dos líderes políticos enfrentados con sus mujeres, destacados miembros del parlamento, el cuerpo diplomático, el comisionado de policía, el jefe de gabinete de la Fuerza de Defensa de Jamaica, periodistas internacionales y locales visitantes, fotógrafos y otros miembros de la prensa estaban sentados a solo unos metros de distancia con todos los ojos y cámaras pegados al escenario. Allí presenciaron la impactante actuación de Peter Tosh, que hizo una más que recordada actuación, muy intensa en lo musical y en la que desde el escenario se refirió repetidas veces a la situación del país y demandó en más de una ocasión la legalización de la marihuana. 

 Cuando sobre las 12,30 de la noche apareció sobre el escenario Bob Marley, la cerrada y espectacular ovación que recibió es algo que quienes tuvieron el privilegio de presenciar nunca han olvidado en sus vidas. Muy por encima de los políticos, de los enfrentamientos, de la historia del país, Bob Marley demostró como en ningún momento de su carrera y de su vida que era el auténtico padre de la patria jamaicana. 

Dirigiéndose a la multitud, Marley declaró: “Solo dejadme deciros algo... ¿si?... para lograr que la paz se haga realidad, debemos estar juntos, juntos, si, si, y mediante el espíritu del Altísimo, Su Majestad Imperial el Emperador Haile Selassie I, estamos invitando a algunas personas líderes de nuestro pueblo a que se den la mano. Queremos mostrar a la gente que les amamos, que no queremos más violencia ni enfrentamientos, para que todos estemos unidos y nuestras almas brillen como el sol. No soy muy bueno para hablar, pero espero que entendáis lo que estoy tratando de decir. Bueno, estoy tratando de decir que podríamos tener aquí en el escenario la presencia del Sr. Michael Manley y el Sr. Edward Seaga. Solo quiero darles la mano y mostrarles que vamos a hacerlo bien, que nos uniremos y resolveremos juntos nuestros problemas a través del amor.. La luna está justo encima de mi cabeza, y le doy mi amor en su lugar”. Mick Jagger, líder de los Rolling Stones presenció el histórico momento desde el backstage. 

Por desgracia, el One Peace Love Concert dejó para la posteridad unas grabaciones sensacionales, pura historia viva del reggae y una de las más emotivas y recordadas actuaciones de Bob Marley de toda su trayectoria, pero el resultado final de la intención con la que fue concebido se quedó muy lejos de lo que Marley deseaba. 40 años después, la crisis social endémica del país y su extrema pobreza siguen actuando de caldo de cultivo para el crimen y la violencia. Baste recordar que los dos impulsores del festival, Claude Massop y Marshall, fueron asesinados apenas año y medio después y que en el siguiente año electoral, 1980, habría 889 asesinatos denunciados en Jamaica, más de 500 más que el año anterior. 

Pero nadie olvida, ni olvidará nunca, que si hubo alguien que pudo lograr la paz en Jamaica, o al menos, la logró durante aquella noche de abril del 78, ese hombre, ese espíritu, fue Bob Marley.

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