Dieta y ejercicio, clave para nuestros huesos

Un estudio explora el beneficio del bloque dieta-ejercicio sobre la salud ósea.

Se espera que el número anual de fracturas relacionadas con la osteoporosis aumente de 3,5 millones en 2010 a 4,5 millones en 2025. Este problema de salud es más importante aún, cuando se acompaña de una situación de calidad de vida disminuída, de discapacidad, de molestias e incluso de letalidad. 

Una forma descrita como segura para prevenir las fracturas por osteoporosis es fortalecer la masa y la fuerza ósea a través de estímulos mecánicos. Se sabe que la falta de actividad física, observada en personas encamadas, da como resultado una pérdida rápida de masa ósea. Pero también se ha demostrado (estudios realizados en atletas) que el contenido mineral y la densidad de los huesos puede aumentarse hasta en un 20% con estímulo mecánico.  El ejercicio de intensidad moderada (4 veces/ semana y 30 minutos/día) beneficia la salud ósea en adultos.

En base a estos conocimientos un grupo de investigación de la Universidad de Amsterdam llevó a cabo esta revisión con el fin de conocer cómo afecta la combinación dieta-ejercicio sobre la salud ósea.  

Los trabajos analizados recogieron datos interesantes como que en humanos, una alta ingesta de lácteos, calcio y proteínas durante la pérdida de peso por dieta y ejercicio en mujeres premenopáusicas afecta favorablemente la salud ósea. A la inversa, la baja ingesta de calcio disminuye el aumento de la masa ósea resultante del ejercicio. Un estudio realizado sobre el efecto combinado dieta y actividad física muestra que las principales variables dietéticas relacionadas con la masa ósea son la ingesta de energía, el calcio, la vitamina D y las raciones de productos lácteos, en combinación con actividad física vigorosa (saltos). Otro estudio en ciclistas femeninas mostró que un desayuno rico en calcio (1350 mg) 90 min antes del ejercicio, disminuye el desgaste óseo. Un ensayo de 2 años mostró que el ejercicio fue eficaz para reducir las lesiones relacionadas con las caídas. Un estudio en hombres jóvenes indicó que los hábitos de desayunar y hacer ejercicio al menos 10 h/semana, se asociaron con mayor cantidad de calcio en los huesos. En mujeres sedentarias con osteoporosis, una intervención con proteína de soja en combinación con ejercicios de resistencia, estimula el aumento de la fuerza ósea y muscular. La combinación de mejorar la nutrición (energía adecuada y vitamina D) y el ejercicio de resistencia durante los vuelos espaciales atenúa el desgaste óseo esperado después de misiones de 4 a 6 meses, lo que demuestra que una combinación adecuada de nutrición y ejercicio sirve para mantener la masa ósea, incluso en condiciones extremas.

En conclusión, dada la importancia crucial de los componentes dietéticos y la actividad física para la salud ósea en general, es probable que se gane mucho con un plan de ejercicio diario y una dieta equilibrada. 

Esta revisión también identificó algunos componentes dietéticos como las vitaminas K y D, que pueden mejorar la salud de los huesos cuando se combinan con el ejercicio físico. 

Ref: Willems y Col. iet and Exercise: a Match Made in Bone. Informes actuales de osteoporosis. Curr Osteoporos Rep. 2017; 15(6): 555–563.

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