Papeles del Rock

“El documental definitivo: In The Court Of The Crimson King - 50 Years”

La banda King Crimson en 1969.
photo_camera La banda King Crimson en 1969.
Los Rolling Stones les llamaron para participar en el homenaje a Brian Jones en 1969

Cuando hablamos de lo que se conoce convencionalmente como rock progresivo, en especial si hablamos de las formaciones pioneras y los tiempos más primigenios del género, obviamente cada aficionado tendrá su grupo de cabecera: Se puede preferir a Yes, a Emerson, Lake & Palmer o a Rush como favoritos, pero ello no cambia el hecho de que King Crimson no solo fue de los que comenzaron el juego, sino que también siempre fueron quienes cambiaron las reglas, muchas veces a mitad de partido. 

Hace algunos años y siguiendo la tendencia que desde hace tiempo se viene marcando en muchos de los documentales musicales, para conmemorar el 50 aniversario de la formación de King Crimson se inició la filmación de un documental sobre la historia del grupo, ‘In The Court Of The Crimson King – 50 Years’, que como en ocasiones suele ocurrir cuando se encara la realización de un proyecto de auténtica envergadura, a medida que se va haciendo, va tomando vida propia, excede el arquetipo estándar de un documental y se convierte en todo un inesperado y sorprendente testimonio de cómo los miembros del grupo se divierten, como viven en la carretera, como hacen frente a los periodos más controvertidos de su vida profesional y personal, y como el resultado final va mucho más allá del documental standard para Netflix o HBO hecho con plantilla. Esta mirada en profundidad al funcionamiento interno de una de las bandas más importantes en la historia del rock ha sido dirigida por el director Toby Amies y se produjo por primera vez para celebrar, como ya hemos advertido, el 50 aniversario de la existencia de la banda mientras recorrían el mundo en 2019.

Hacer una breve historia de la entidad musical que es King Crimson sería inútil aquí. Para eso, lo que hay que hacer es ver el documental. Documental que Amies inicia con una secuencia muy inquietante que muestra esa extraña belleza que se encuentra dentro de los asientos vacíos del recinto que pronto se llenarán de admiradores ansiosos de ver y escuchar la brillantez de King Crimson. Pero el verdadero golpe de efecto llega cuando Amies finalmente presenta al espectador al bajista Tony Levin. En esencia, el miembro titular más antiguo de Crimson en su formación actual, comienza a explicar su disgusto original con el título del primer álbum en el que apareció para la banda; ‘Discipline’, de 1981. Y de ahí, repetimos, la historia cobra vida propia.

Robert Fripp, en esencia el protagonista de la cinta, ha señalado que cuando empezó a pensar en quién debería dirigir un documental sobre King Crimson, la banda a la que ha dedicado la mayor parte de su vida, supo de inmediato qué tipo de persona no debería ser. “Se nos acercaron algunos documentalistas musicales muy buenos y muy profesionales que harían un documental agradable y convencional del que no aprendería nada”, dijo Fripp. En lugar de ir en esa dirección, eligió al director Toby Amies, “quien no estaba familiarizado con King Crimson en absoluto. Para mí, esto era lo ideal”, dijo. “Pensé: aquí hay un cineasta independiente con su propia actitud que vendrá y me mostrará aspectos de King Crimson de los que tal vez nunca he sido consciente. Más aún, esperaba que el trabajo de Amies  me explicara qué es King Crimson”.

Para quien no conozca al personaje, pudiera parecer un objetivo extraño para Fripp, quien no solo ayudó a concebir esta banda en 1969, sino que ha sido su único miembro permanente desde entonces. Sin embargo, como presenta inteligentemente el documental, esta no es una banda fácilmente definible o descriptible, incluso por aquellos que forman parte de ella. A lo largo de las muchas encarnaciones esplendorosas de Crimson, siempre han sido más de un método que de un sonido. O, como dijo Fripp, “King Crimson es una forma de hacer las cosas”.

La percepción común señalaría a Fripp como el capataz inmisericorde que golpea con el látigo a cualquiera que no cumpla con sus estándares. Y aunque, en ciertos casos, el guitarrista admite que en ocasiones ha sido ese tipo de persona, uno de los primeros objetivos de la película era “eliminar esta noción absurda de que Robert Fripp es King Crimson”, dijo el guitarrista. “King Crimson es un conjunto”. De hecho, el documental arroja un dato quizá no demasiado conocido. El grupo ha funcionado siempre como una cooperativa, en la que el dinero generado por la banda se divide en partes iguales, ante lo cual Fripp señala que “no todos los que han estado en King Crimson han estado contentos de que se les pague la misma cantidad que a otros miembros de la banda”.

Entrando en esa personalidad entre mística y oscura, entre espiritual y mecánica, que tantos conflictos causó en el grupo y que tan amarga memoria dejó en alguno de sus ex miembros, como Adrian Belew y Mel Collins, en uno de los segmentos más intensos e inesperados de la cinta, Fripp recuerda un encuentro con el difunto filósofo J.G. Bennett, con quien estudió a principios de los 70. Al relatar un cambio de impresiones que mantuvo con él, Fripp hace una pausa y parece entrar en una especie de trance, que Amies preserva atrevidamente en un tramo de película de casi tres minutos lleno de nada más que silencio, un angustioso silencio. Pasado el trance, Fripp asevera: “Fui a un lugar”. “¿Cuál es ese lugar?”, pregunta Amies. “Ese lugar es donde está Robert. Y donde está Robert, también lo están todos los demás”.

Esto se repite a lo largo de otros fragmentos del documental, en los que Fripp habla con un asombro casi religioso sobre el sonido. “Definitivamente hay un elemento espiritual en el sonido de King Crimson”, afirma. Para enfatizar ese ángulo, el director presenta en la película a alguien a quien llama “la monja progresiva”, una religiosa de mediana edad que resulta ser una seguidora de Crimson. “Ella dice que el proceso de hacer música no es diferente a una liturgia”, dijo Amies.

Siendo aún desconocidos, los Rolling Stones les llamaron para participar en el concierto homenaje a Brian Jones en Hyde Park de julio de 1969 y Pete Townsend de los Who escribió sobre ellos una entusiasta columna en la revista Rolling Stone en 1970. Este excelente documental, que se estrenó el pasado mes de marzo en Estados Unidos en el South By West Cinema Festival y se proyectó en algunas salas de cine de Austin, Texas, durante dos semanas, ahora llega por fin a Europa. El miércoles 19 de octubre se exhibirá de manera simultánea en varias capitales de Europa – se desconoce en este momento si lo hará en alguna ciudad española- y el 22 se transmitirá en streaming a través de la web Nugs.net, amén de que será uno de los estrenos estrella de la nueva edición del Festival de documentales musicales de Barcelona, el prestigioso ‘In-Edit’, que este año tendrá lugar entre el 28 de octubre y el 7 de noviembre de 2022. Asimismo, esta prevista a comienzos de 2023 su puesta en circulación en DVD y Blu-Ray. Créanme, muy recomendable.

Confusión será mi epitafio…   

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