Del total de 900 pazos catalogados en Galicia, 200 están en venta. Sus precios oscilan de los 180.000 a los 5 millones de euros
Uno de cada cuatro pazos de Galicia están en venta, entre ellos algunos del área metropolitana de Vigo que llevan varios años en las páginas especializadas aunque sin que hayan encontrado comprador hasta el momento. Un hecho sorprendente que ha constatado la federación gallega de empresas inmobiliarias (Fegein), que vincula con las dificultades de los propietarios para poder mantener en el estado exigido unos caserones históricos y de obligada conservación. En Galicia hay unos 900 pazos catalogados en el Inventario Xeral de Patrimonio y actualmente hay a la venta una estimación de 200 pazos con una horquilla de precios entre 180.000 euros y los 5 millones. "Es decir, hay más pazos que nunca en venta desde que tenemos datos de los mismos", señala el presidente Fegein, Benito Iglesias.
En la lista aparecen en las primeras posiciones tres pazos del ámbito más próximo a Vigo aunque ninguno en el municipio, el de Urzaiz, en Nigrán, y el de Baiona, así como un tercero en Redondela. El primero sería el edificio más caro en el mercado de cuantos hay en Galicia y por tanto también entre los pazos. A día de hoy su precio está oculto en las páginas especializadas, pero hace dos años aparecía tasado en algo más de 5,5 millones de euros. En cuanto al de Baiona, se sitúa en 2,7 millones de euros. Aunque no se especifica, probablemente se refiere al pazo de A Ramallosa, un ejemplo clásico de arquitectura rural gallega. Otro más que figura entre los caserones en oferta está en Redondela, de nuevo sin especificar, y sale más barato, por medio millón de euros. En el área, aunque más alejado, hay un pazo en Tomiño por un millón de euros. En cuanto al resto, destaca el castillo en la Ría de Coruña, por 1,5 millones de euros.
Según indica Iglesias, los pazos BIC (bien de interés cultural, máxima protección) en Galicia resultan "una losa burocrática, fiscal y económica demasiado pesada para la mayoría de sus propietarios". Una parte de ellos se comercializaban en las últimas dos décadas para negocios de hostelería con encanto (incluso la Pastora y los de Nigrán, para bodas y otros eventos), pero la actual situación los ha dejado en la "UCI económica". Añade el presidente de Fegein que su alto coste de mantenimiento y una constante rehabilitación y reforma no está al alcance de muchos de sus propietarios, "sobre todo de aquellos que ejercen su propiedad por herencia y cuya coyuntura económica les hace muy difícil sostenerlos en óptimas condiciones". De ahí deriva su puesta en el mercado.
En Vigo, todos públicos salvo La Pastora, privado
En Vigo hay cinco pazos, pero cuatro de ellos tienen consideración pública tras ser adquiridos en su día a los propietarios o por cesiones. Es el caso del más importante, Quiñones de León, producto de una donación del Marqués al pueblo de Vigo, por lo que su titularidad es municipal. Por una venta diferida llegó otro, A Raposeira, tras la avenida de Madrid, todavía sin destino, así que está cerrado. Es municipal.
La Xunta compró a su vez un tercero, Rivera Atienza, en Martínez Garrido, y lo dedicó a un centro social y comunitario para el barrio, con gran acogida desde entonces. Uno más es San Roque, cuyo titular es Abanca, heredado de Caixanova, y por tanto aunque privado está abierto a menudo al público para todo tipo de actos.
El único que sigue siendo una residencia privada es quizá el más antiguo, La Pastora, vecino de Castrelos y modelo de éste. Era y es patrimonio de la familia Ozores y aunque en varias ocasiones ha estado cerca de su venta al Concello -cuando se desarrollaba el centro comercial Gran Vía, ya que se incluía como una obligación para la promotora- finalmente no fue posible. Como finca privada tiene las puertas cerradas salvo en el día de la fiesta de la Virgen Pastora. Dispone de un jardín francés muy llamativo.
