El vanidoso narciso

Un narciso en plena floración.
photo_camera Un narciso en plena floración.

Es una de las primeras especies que florece en primavera, aunque sus flores no suelen durar mucho tiempo

Los narcisos, conocidos científicamente como Narcissus y en gallego como amarelles, son plantas bulbosas herbáceas pertenecientes a la familia de las Amarilidáceas.

Parece ser que su nombre genérico hace referencia a Narciso, el joven de la mitología griega que se distinguía por su extrema belleza. Un día, al regresar de cazar, se inclinó sobre las aguas de un estanque para saciar su sed. Al contemplar su propia belleza reflejada en el agua quedó absorto y cayendo murió ahogado. Allí nacieron estas flores que, en recuerdo del vanidoso pastor, se inclinan hacia abajo y crecen preferentemente en lugares frescos y húmedos, tales como las riberas de los cursos de agua. También se dice que el nombre de esta planta deriva del griego narkào que significa “narcótico”, ya que según autores como Plinio el Viejo y Plutarco el nombre hace referencia al olor penetrante de las flores de algunas de las especies de esta planta, que provoca un cierto aturdimiento. De hecho, Hipócrates utilizaba infusiones de narcisos para producir adormecimiento.

Su bulbo, que acumula reservas nutritivas, es ovoide o globoso y está recubierto por membranas blanquecinas. De él nacen todos los años el tallo, las hojas y las flores. El tallo es cilíndrico, liso y hueco, y tiene aproximadamente la misma longitud que las hojas, las cuales, en número de una a tres, nacen simultáneamente en la base, son carnosas, largas, estrechas, obtusas y de color verde claro. 

Sus llamativas y características flores terminales, tubulares y más o menos onduladas en su borde, son hermafroditas, es decir, contienen a la vez los órganos masculinos y femeninos. Son de color blanco, amarillo, crema o rosa anaranjado, y están sujetas por un pedúnculo. Normalmente sus tépalos, término con el que se designa a los pétalos de la flor cuando no se distinguen de los sépalos, se presentan revirados hacia atrás. En algunas especies los estambres pueden sobresalir del tubo. 

Florecen desde finales del invierno hasta principios de la primavera y duran poco tiempo. En general, la duración de toda la parte aérea de la planta es breve, ya que pronto se marchita y desaparece, entrando, al final de verano, en un período de letargo. Su fruto es una cápsula oblonga que alberga en su interior semillas ovoideas, negras y brillantes. Su reproducción puede llevarse también a cabo a través de la dispersión de las mismas semillas por los insectos o por propagación de los bulbos.

En general, los Narcisos son plantas tóxicas y, aunque en otros tiempos se usaron para elaborar remedios caseros, hoy se desaconseja hacerlo salvo que sea con prescripción médica. Por la vistosidad y belleza de sus flores, se consideran de gran valor ornamental, si bien su recogida con estos fines constituye una grave amenaza para la supervivencia de la especie. Sin embargo, es fácil cultivarlos en jardinería, plantándolos en terrenos bien drenados, ya que un exceso de agua puede pudrir la planta. En el lenguaje de las flores el narciso es símbolo de la vanidad.

En Galicia se encuentran varias especies, tales como el Narcissus bulbocodium, llamado también “calzas de cuco”, “campanilla” o “trompeta de medusa”. Se puede encontrar, además de en las orillas de los ríos, en los prados, pastos de montañas, y robledales y otros bosques caducifolios, en terrenos bien drenados y húmedos. El epíteto bulbocodium hace referencia a su “bulbo lanoso”. El Narcissus triandrus subsp. triandrus, conocido en castellano como “campanita de la Virgen”, “candelero”, “farolillo”, “junquillo blanco” o “lira”, puede crecer también, aunque más tardíamente, en las cunetas, taludes, caminos. Se distingue de los anteriores porque su color es de un amarillo pálido. El epíteto triandrus significa “tres estambres”, que son los que se aprecian sobresaliendo al tubo. El Nacissus pseudonarcissus, es el más grande de ellos. Se le conoce con el nombre de “azucena silvestre”, “flor de ángel”, “lirón”, “falso narciso”, “narciso de prado” o “narciso trompón”. 

Florece un poco más tarde, de marzo a mayo. Sus flores son de color amarillo dorado. Sus tépalos son de un tono más claro, generalmente retorcidos hacia atrás. El epíteto pseudonarcissus significa “falso narciso”. En estas tierras gallegas se han clasificado dos subespecies: nobilis y moschatus. El Narcissus cyclamineus es una especie de pequeño tamaño, endémica del Norte de Portugal y de toda Galicia, aunque más frecuente en las provincias de Orense y Pontevedra. Es el primero de los narcisos gallegos en florecer y es inconfundible. El Narcissus asturiensis es también de pequeño tamaño. 

Se le conoce en castellano como “narciso de Asturias” y su epíteto asturiensis se refiere a su localización geográfica. El Narcissus x galaicus es una especie híbrida de características próximas al Narcissus cyclamineus y al Narcissus triandrus subsp. triandrus. Otra nueva especie híbrida fue encontrada últimamente en la zona del Deza y denominada, por ello, Narcissus x dezanus.

Algunas de estas especies como el Narcissus cylamineus, el asturiensis y el pseudonarcissus subsp. nobilis. están amenazadas, ya sea por alteración del hábitat que por la recolección de sus flores, motivo por el cual están catalogadas como vulnerables y protegidas por la normativa autonómica.

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