La escalera al cielo cumple medio siglo

Una de las canciones más famosas de la historia de la música, millones de veces radiada, cumple medio siglo de vida en plena forma. El tiempo no pasa para la Escalera al Cielo, mientras el grupo Led Zeppelin hace tiempo que son leyenda viva.

En marzo de 1971 Led Zeppelin interpretó por vez primera “Stairway to heaven”, recién grabada pero todavía no publicada, en el que sería su cuarto álbum, que salió unos meses después sin título ni identificación por deseo expreso del grupo, enfadado por las críticas de su anterior álbum. Las versiones de lo que pasó aquel día  varían: según ha contado Robert Plant, cantante y autor de la letra, tras tocarla en directo se produjo un silencio atronador y él mismo pensó en retirarla del disco, que estaría en el mercado ese mismo año.... para a continuación encontrarse con el público pidiendo que la tocaran de nuevo. John Paul Jones, bajista y teclista, lo niega, y asegura que la afición sólo quería era escuchar sus éxitos anteriores como “Whole lotta love”, y no nuevos temas. Y no obstante lo que narra Plant parece bastante creíble: en los conciertos de LZ y de sus innumerables bandas tributo no es nada raro un silencio al finalizar la canción. Pero es un silencio reverencial.

Sea como fuere, hace medio siglo se alumbró una de las canciones más importantes de la historia del rock, y así está considerada por la crítica y el público, dentro de un elepé que continúa siendo uno de los más vendidos de la historia (el quinto), con millones de copias despachadas en todo el mundo. Y en su interior se encuentra la “escalera al cielo”, escondida al final de la primera cara, que cuando había vinilos quería decir algo (el orden elegido significaba que había dudas), obra de Plant y el guitarrista Jimmy Page, quien también es autor de su famoso solo en La menor, considerado a menudo como el mejor de la música eléctrica del siglo XX por su combinación de virtuosismo y lirismo. Algo bien extraño en Page, mucho mejor con la acústica que con la Gibson, capaz de perpetrar solos larguísimos, con poco sentido y menor limpieza aún. Pero no en “escalera al cielo”, donde por una vez se mostró claro y conciso, brillante y fino, salvo en las versiones en directo donde de nuevo comenzaba a estirar la parte musical hasta estropear la cadencia del tema. Fue un gran defecto de Led Zep y de los 70 en general.

Ese mismo año, 1971, salió a la calle el disco denominado IV -su nombre real es desconocido y aparecería en los anagramas del interior- donde se incluía la pieza, de casi nueve minutos de duración, así que en teoría inapropiada para las radio-fórmulas. O no. Porque, otra paradoja, resulta que se trata de la canción que más veces se ha emitido en todo el mundo, superando a los grandes clásicos de Beatles. Como anécdota muchas veces contada, cuando la Cope era Radio Popular, y la de Vigo dominaba en Galicia en programación musical, en más de una ocasión sus locutores suplicaron a los oyentes que no pidieran más veces la canción… Eran finales de los setenta.

Nunca Robert Plant cantó mejor, con más gusto y con una escala que combinaba graves y agudos; nunca Jimmy Page estuvo más atinado en el ambiente acústico y en el eléctrico, los teclados-flauta de Jones sonaban exquisitos y la batería con la potencia adecuada, dando paso a la contundente segunda parte de la canción, con todo el grupo desatado en un clímax medido. La última versión de la que hay constancia -y es excepcionalmente buena- la hizo Heat en un concierto-homenaje, con los tres supervivientes en la platea, alguna lágrima de Robert Plant, y el hijo de Bonham, Jason, a la batería. Hay más, y de gran calidad. Destacaría una muy fiel, de Great White, y otra a su aire del iconoclasta Zappa. Para gustos...

Medio siglo después la extraña letra de la que tan orgulloso está Robert Plant sobre una mujer que compraba una escalera al cielo, la Reina Mayo y las supuestas -que no reales- invocaciones a Satán -escuchando un tramo de la letra al revés- continúa sonando tan bien como en 1971 y el disco aún se vende. Lo realmente bueno perdura y mejora con el tiempo. 

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