Los restos de diez soldados aparentemente fallecidos en combate durante la Guerra Civil han sido exhumados este jueves en Zigoitia (Álava), tras el hallazgo de la mayor fosa común de la contienda localizada hasta el momento en Euskadi.
La exhumación de los esqueletos, que se hallaban en una parcela junto a una iglesia, ha corrido a cargo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y ha contado con la presencia de numerosos curiosos y dirigentes institucionales, entre ellos el consejero de Justicia y portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka.
Al parecer, los esqueletos corresponden a una decena de miembros del batallón comunista Facundo Perezagua, que habrían muerto en combate durante la batalla de Villarreal, que se desarrolló entre noviembre y diciembre de 1936. Junto a los esqueletos, se ha encontrado objetos como mecheros, lápices y botones.
El presidente de Aranzadi, Francisco Etxebarria, ha explicado que en la zona existen muchos más restos que, seguramente, no podrán ser recuperados. Por ese motivo, ha destacado la relevancia 'simbólica' de esta exhumación, de la que ha afirmado que 'representa a todas' las personas cuyos restos siguen en paradero desconocido.
ADN
Etxebarria ha explicado que los expertos tratarán de extraer ADN de los restos y que, en caso de lograrlo, intentarán avanzar en su identificación. Sin embargo, ha precisado que a diferencia de lo que ocurre con las fosas de civiles que suelen encontrarse, en las que los restos corresponden a personas que vivían cerca del lugar donde fueron enterrados, en este caso será más complicado determinar la identidad de los cadáveres.
Erkoreka, por su parte, ha destacado que estas personas 'murieron defendiendo la legalidad democrática y el auto gobierno vasco' recientemente instituido. Según ha destacado, la memoria debe construirse 'desde la mirada crítica del pasado', con el fin de 'extraer conclusiones' que puedan servir para el presente y el futuro.
El portavoz del Gobierno autonómico ha señalado que 'nuestra identidad es nuestra memoria' y ha afirmado que la convivencia entre los ciudadanos vascos y el futuro de Euskadi debe construirse desde el respeto a los derechos humanos y el rechazo claro a la violencia.
Al parecer, los esqueletos corresponden a una decena de miembros del batallón comunista Facundo Perezagua, que habrían muerto en combate durante la batalla de Villarreal, que se desarrolló entre noviembre y diciembre de 1936. Junto a los esqueletos, se ha encontrado objetos como mecheros, lápices y botones.
El presidente de Aranzadi, Francisco Etxebarria, ha explicado que en la zona existen muchos más restos que, seguramente, no podrán ser recuperados. Por ese motivo, ha destacado la relevancia 'simbólica' de esta exhumación, de la que ha afirmado que 'representa a todas' las personas cuyos restos siguen en paradero desconocido.
ADN
Etxebarria ha explicado que los expertos tratarán de extraer ADN de los restos y que, en caso de lograrlo, intentarán avanzar en su identificación. Sin embargo, ha precisado que a diferencia de lo que ocurre con las fosas de civiles que suelen encontrarse, en las que los restos corresponden a personas que vivían cerca del lugar donde fueron enterrados, en este caso será más complicado determinar la identidad de los cadáveres.
Erkoreka, por su parte, ha destacado que estas personas 'murieron defendiendo la legalidad democrática y el auto gobierno vasco' recientemente instituido. Según ha destacado, la memoria debe construirse 'desde la mirada crítica del pasado', con el fin de 'extraer conclusiones' que puedan servir para el presente y el futuro.
El portavoz del Gobierno autonómico ha señalado que 'nuestra identidad es nuestra memoria' y ha afirmado que la convivencia entre los ciudadanos vascos y el futuro de Euskadi debe construirse desde el respeto a los derechos humanos y el rechazo claro a la violencia.
