Expertos españoles buscan ADN de Luis XVI en restos de sangre en una calabaza

Un equipo de investigadores españoles e italianos intenta identificar con pruebas de ADN si los restos de sangre hallados en un pañuelo guardado durante siglos en una calabaza tallada pertenecen al decapitado monarca francés Luis XVI.

La historia se inicia con la colección de arte y antigüedades de una familia aristócrata de Bolonia, entre cuyos enseres se hallaba una calabaza que hacía las veces de caja y que había sido labrada con motivos y personajes de la Revolución Francesa, explica 'Le Figaro'.

Durante generaciones, en la familia se había comentado que en la caja se guardaba un pañuelo que se empapó en sangre de Luis XVI tras pasar por la guillotina el 21 de enero de 1793, hipótesis reforzada por una inscripción en la propia caja que hacía alusión al propio pañuelo y a la ejecución del monarca.

Por ello, los propietarios -en el anonimato- decidieron contactar con biólogos españoles del Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona e italianos de la Universidad de Bolonia, para comprobar si en esa calabaza de 23 centímetros hay restos de ADN del rey.

Inicialmente, los científicos no sabían siquiera si la sustancia negra que encontraron en el interior de la calabaza era sangre, explica el español Carles Laluela-Fox, del instituto que participó también en la decodificación del genoma Neandertal.

Pero los análisis despejaron incógnitas y establecieron que el ADN del pañuelo perteneció, efectivamente, a un hombre. Aunque en los resultados que publicarán en noviembre en la revista 'Science International Genetics' todavía no han podido establecer si se trata de restos genéticos con pedigrí monárquico, hay indicios que permiten soñar con un desenlace novelesco.

Exámenes similares a los que se practican en investigaciones médico-legales han revelado que el pañuelo contiene el gen HERG2, asociado a los ojos azules, como los de Luis XVI.

No obstante, ese gen podría haber llegado a las muestras por una simple contaminación en algún momento desde 1793 hasta hoy.

Para salir de dudas, sería necesario extraer muestras del corazón del hijo del monarca, Luis XVII, conservado en una urna de cristal en la basílica de Saint-Denis, cerca de París.

Ese corazón ya se pudo autentificar, en su momento, gracias a exámenes de ADN del cabello de María Antonieta y de sus hermanas.

Algunos creen que la exploración debería llevarse a cabo en Francia, por lo que representa el rey guillotinado, aunque científicos como el especialista Philippe Chartier consideran que 'la investigación debe ser internacional y desapasionada' y que llevarla a cabo en Francia no aportaría mucho porque no podría 'hacerse mejor'.

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