Fernando Jáuregui ha publicado "La ruptura" un libro sobre la realidad política actual en el que recoge el final de una etapa y el comienzo de una época llena de amenazas e incertidumbre.
¿Por qué el título de “La ruptura"?
Porque en un año tan terrible como 2020 se nos ha roto casi todo. El bipartidismo ha desaparecido para dar paso a un gobierno de coalición que está dando extraños resultados. Se nos ha roto el modelo institucional, porque lo que ha pasado con el rey emérito ha sido un shock tremendo. Y se nos ha roto prácticamente todo lo que teníamos, acabamos de descubrir que éramos felices y no lo sabíamos.
¿Teme por el futuro de nuestras instituciones democráticas?
Nos enfrentamos a un momento muy difícil. Hay un asalto a la monarquía que se está preparando desde determinados partidos. Tenemos paralizada la renovación del Consejo General del Poder Judicial desde hace más de dos años. Tenemos a dos gobiernos enfrentados entre sí. Y tenemos a un legislativo prácticamente inoperante. Desde luego es para estar preocupado. No creo que estemos en un estado fallido, pero podríamos llegar a esa situación. Si no se respetan las instituciones y no se respeta la identidad territorial tenemos un grave problema como país.
¿Hemos llegado al final del bipartidismo?
No estoy seguro. Creo que en estos momentos la única solución que tenemos es alcanzar algún tipo de gobierno de gran coalición. Algún acuerdo transversal, si no de gobierno ,al menos sí de legislatura entre PSOE y PP, al que Ciudadanos debería unirse. En estos momentos los extremos, ya sea a la derecha o a la izquierda, nos están destrozando.
¿Cree que caminamos hacia una segunda Transición?
Ya estamos en ella. Lo que ocurre es que en la primera sabíamos quién la pilotaba, pero ahora caminamos sin control. Se están produciendo cambios brutales en todo lo que conocíamos y dábamos por asentado. Tenemos una monarquía que hay que reformar, tenemos un parlamento que hay que mejorar, tenemos un sistema judicial que es mejorable, incluso los medios debemos depurarnos y ser más críticos. Todo hay que cambiarlo, por eso digo que estamos en transición. Pero ¿quién pilota estos cambios? Antes teníamos a Suárez y unas fuerzas políticas cooperando con Suárez. Estamos ante una tormenta perfecta y los resultados los podremos ver en pocos años.
¿Una reforma electoral contribuiría a mejorar la gobernabilidad del país?
Hay tres reformas fundamentales y las tres están pendientes. La reforma de la Constitución, la reforma de la Administración y la reforma electoral. Estamos ante uno de los sistemas electorales más injustos del mundo, porque también es el menos equitativo. No se entienden estas diferencias del peso de los votos entre los nacionalismos periféricos con el resto de los votos del país, o el peso entre los territorios vacíos y las ciudades. Ahí tenemos el caso del diputado de Teruel, que con su voto facilitó este gobierno. Deberíamos caminar hacia un sistema presidencialista de segunda vuelta. Así evitaríamos coaliciones como la que no está gobernando en la actualidad. Esta reforma electoral debe llevarse a cabo tanto a nivel nacional, como autonómico y municipal.
