PUBLICADO EN 'CURRENT BIOLOGY'

Identifican vínculo entre el tamaño de una región del cerebro y la conformidad social

Cada generación tiene su James Dean: el rebelde que se niega a seguir el camino establecido. Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista 'Current Biology', ha encontrado una relación entre la cantidad de materia gris en una región específica del cerebro y la probabilidad de un individuo de ajustarse a las presiones sociales.

Las decisiones de los individuos pueden llegar a ser influenciadas por las opciones elegidas por quienes les rodean. Aunque las diferencias en las tendencias de aquellos que se adaptan a las presiones sociales son comúnmente observadas, ninguna medida anatómica ha sido vinculada, hasta el momento, a la probabilidad de que alguien sea influido por los demás.

Ahora, en la investigación financiada por la Fundación Nacional Danesa de Investigación y el Wellcome Trust, los científicos de la Universidad de Nueva York, la Universidad de Aarhus y el Centro Wellcome Trust de Neuroimagen del University College de Londres, han identificado la medida para predecir cómo un individuo reacciona a la presión social.

Para identificar las medidas estructurales del cerebro que podrían estar relacionados con esta característica, el equipo midió, por primera vez, los volúmenes de las regiones del cerebro en 28 participantes. Este enfoque implicó una técnica conocida como morfometría basada en voxel, que permite a los investigadores medir el volumen de materia gris (las células nerviosas mientras el proceso se lleva a cabo) a partir de imágenes tridimensionales del cerebro proporcionadas por resonancia magnética (MRI).

Para medir cómo respondían los participantes a la influencia social, los pusieron a prueba para observar cómo sus preferencias por ciertas piezas musicales cambiaba después de que se les dijera lo la opinión de los críticos de música.

Una semana antes de la prueba, cada participante seleccionaba una lista de 20 canciones que les gustaban. El día de la prueba, los participantes clasificaban sus selecciones en una escala del 1 al 10. A continuación, los investigadores les comunicaron que críticos de música expertos habían escuchado a las opciones y también las habían valorado del 1 al 10. Posteriormente, los participantes realizaron una tarea de comparación de sus opciones con música desconocida. Finalmente, los participantes revaluaron sus 20 opciones, y el grado en que sus opiniones diferían tras escuchar las valoraciones de los críticos -una medida de conformidad con arreglo a la influencia social. Sorprendentemente, sólo el volumen de materia gris en una región del cerebro precisa -la corteza orbitofrontal- se asoció con esta medida de la influencia social.

En un estudio previo, los investigadores habían medido la actividad cerebral de los participantes cuando se enfrentan a su desacuerdo con los expertos -para prever el grado de influencia que ejercerían los expertos. Al comparar las medidas del nuevo estudio con los resultados anteriores, los científicos demostraron que el volumen de materia gris en la corteza orbitofrontal también predijo cómo responderían los participantes a los críticos no estaban de acuerdo con sus opiniones. Estos hallazgos sugieren que esta región del cerebro está particularmente atenta a reconocer las señales del conflicto social.

El líder del estudio, el profesor Chris Frith, afirma que 'la capacidad de adaptarse a los demás es una habilidad social importante. Nuestros resultados muestran que esta conformación social está, al menos en parte, definida en la estructura del cerebro'.

El doctor Daniel Campbell-Meiklejohn, primer autor del estudio, explica las implicaciones de sus resultados concluyendo que 'estos hallazgos abren un nuevo capítulo sobre las consecuencias sociales de la atrofia y el desarrollo cerebral. Las personas con daño en esta región muestran, a menudo, cambios en su interacción social'.

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