EN UN VOLCÁN DE ISLANDIA

Un inesperado hallazgo de magma abre la vía a su aprovechamiento como energia

Foto: PALSSEN BJARNI
Un equipo de geólogos que perforó un pozo geotérmico en 2009 en el volcán Krafla en Islandia se encontró con un hallazgo para el que no estaba preparado: el magma --la roca fundida en forma de lava que circula en las entrañas de la Tierra-- fluía inesperadamente en el pozo explorado a solo 2,1 kilómetros de profundidad, lo que obligó a los investigadores a poner fin a la perforación.
'Que tengamos bien documentado, sólo en una ocasión interior se había descubierto magma fluyendo en un poco geotérmico durante una perforación', dijo Wilfred Elders, profesor emérito de Geología en la Departamento de Ciencias de la Tierra en la Universidad de California en Riverside, quien dirigió el equipo de investigación.

'Estábamos perfondo un pozo que fue diseñado para buscar fuentes geotérmicas en el volcán a gran profundidad, a unos 4,5 kilómetros. Aunque el flujo de magma interrumpió nuestro proyecto, nos dio una oportunidad única para estudiar el magma y probar un sistema de fuerte calor geotérmico como fuente de energía', explicó.

En la actualidad, un tercio de la energía eléctrica y el 95 por ciento de la calefacción del hogar en Islandia se produce a partir de vapor y agua caliente que se produce de forma natural en rocas volcánicas.

'La economía de la generación de energía eléctrica a partir de vapor geotérmico mejora cuanto mayor sea su temperatura y presión', explicó Elders. 'A medida que se perfora más profundo en una zona caliente, aumenta la temperatura y la presión, por lo que debería ser posible llegar a un entorno en el que un líquido más denso tuviera un contenido de calor muy alto, pero también una viscosidad inusualmente baja, algo llamado 'agua supercrítica'. Aunque el agua supercrítica se utiliza en las grandes centrales eléctricas de carbón y electricidad, nadie había intentado utilizarla producida de forma natural en las zonas más profundas de las áreas geotérmicas', explica.

Elders y sus colegas informan en la edición de marzo de Geology que, aunque el volcán Krafla, como todos los otros volcanes en Islandia, es de basalto (roca volcánica que contiene un 45-50 por ciento de sílice), el magma que alberga es una riolita (una roca volcánica que contiene 65 a 70 por ciento de sílice).

'Nuestros análisis muestran que este magma está formado por la fusión parcial de algunos basaltos en el volcán Krafla', dijo Elders. 'Nuestra investigación muestra que la riolita se forma cuando un magma basáltico derivado del manto encontró un basalto alterado hidrotermalmente, que quedó fundido y asimilado parcialmente por la roca', dijo.

Elders y su equipo estudiaron el pozo dentro de la caldera Krafla como parte de un proyecto de perforación profunda desarrollado por un consorcio de la industria y el gobierno islandés, para comprobar si los fluidos geotérmicos a presiones y temperaturas supercríticas podrían ser explotados como fuentes de energía

En la primavera de 2009, el equipo de perforación alcanzó algo más de 2.100 metros de profundidad cuando la tasa de penetración aumentó repentinamente y terminó produciéndose una intrusión de magma que impidió continuar.

'Cuando el pozo se puso a prueba, la presión de vapor seco fluyó a la superficie con una temperatura de 400 grados Celsius proveniente de una profundidad inferior a la del magma', dijo Elderse. 'Estimamos que este vapor puede generar 25 megavatios de electricidad si pasa a través de una turbina adecuada, que es la electricidad suficiente para abastecer a 25.000 y 30.000 hogares'.

Elders cree que debería ser posible encontrar flujos razonablemente poco profundos de magma en otras partes de Islandia y el mundo. 'En el futuro éstas podrían convertirse en fuentes atractivas de la energía de alta calidad', concluyó.

Te puede interesar