Sociedad

“Instagram censuró algo tan nuestro como un buen cocido”

INSTA
photo_camera Richard Barreira compartió imágenes de un cocido que fueron censurados por presunta “violencia gráfica”.
Las fotos de Richard Barreira, vigués con origen verinense, eliminadas por “infringir las normas"

Es posible que un cocido gallego pueda provocar una digestión algo más pesada de lo habitual, aunque para el algoritmo de Instagram puedan representar una escena violenta. Esa fue la excusa que esgrimieron desde la popular red social para eliminar la publicación que el pasado domingo realizaba el vigués Richard Barreira en su perfil. “Subí fotos del cocido gallego que nos comimos en familia el domingo. No suelo colgar fotos de todo lo que como pero sí que lo hago con el primer cocido de la temporada. Mi sorpresa fue que después de tres o cuatro horas me encontré con un mensaje que decía que mi publicación infringía las normas”, recuerda Richard. 

Instagram le indicó a este vigués con orígenes en Verín que violaba tres puntos: violencia gráfica; lenguaje que incita al acoso, violencia o bullying y desnudos y actividad sexual. “Era un simple cocido, que por cierto, estaba estupendo”, reconoce mientras recuerda que desde Facebook -a la que pertenece Instagram- no se puso en contacto con él para pedirle disculpas.

Para Richard, esta decisión tomada por la red social es una “censura en pleno siglo XXI a algo que no causa ningún daño como la comida” y considera que “es un sinsentido que hagan esto con algo tan característico de nuesta cultura como el cocido, un plato que llevo en mis raíces”. 


Una “anécdota" que copó titulares


A pesar de lo anecdótico de este asunto, Richard cuenta que durante los últimos días no ha dejado de atender el teléfono: “En total debo llevar ya unas 20 o 30 entrevistas, tanto en medios digitales como en televisiones y radios. Desde el programa de Carlos Herrera, el de Juan Ramón Lucas, en el de Carles Francino y hasta en un tono más cómido el martes en Zapeando. Si hasta Fernando Ónega habló del asunto del cocido en su editorial. El tema está siendo una locura”. 

Barreira tuvo que rechazar algunas llamadas de la prensa dado que estaban impidiéndole continuar con su rutina habitual: “Me pidieron que me llevase el ordenador al trabajo para una conexión en Skype y tuve que decir que no”.

La “censura al cocido gallego”  incluso llegó a traspasar fronteras siendo publicado en un digital británico.

 El cocido fue obra de Rosi, su madre, quien “ya dice con más motivos va a seguir haciéndonos cocido para la familia”. 

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