ENTREVISTA

Irene Villa: "Quien ríe más, soporta mejor el dolor"

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photo_camera Irene Villa durante la entrevista.

"Como el sol para las flores" es el título de una novela optimista escrita por una siempre optimista y vital Irene Villa,

Lo primero que quiere dejar claro Irene Villa es que ella no es escritora, "soy -dice- transmisora de mensajes", pero la realidad es que tiene nuevo libro en las librerías, una novela que le permite insistir en una de las máximas que aplica en su día a día: "quien ríe más, soporta mejor el dolor".

"Como el sol para las flores" (Espasa) es el título de una novela optimista escrita por una siempre optimista y vital Irene Villa, un relato en el que comenzó a trabajar durante el embarazo de su segundo hijo, Gael, nacido hace cinco meses. Un bebé cuyos cuidados compagina con una actividad frenética como conferenciante, couching y otras muchas actividades más.

"Yo no soy escritora. No soy Ángeles Caso, ni Julia Navarro, ni Arturo Pérez-Reverte... no. Soy transmisora de mensajes, de mensajes siempre optimistas, de sentimientos", afirma Irene Villa en una entrevista con Efe, en la que reconoce que si escribe es porque se lo pide la gente.

635787840133865050wIrene Villa, que "no tiene piernas pero vuela", una mujer que usa su experiencia con el dolor "para comprender mejor el de los otros", según se encarga de destacar en la solapa del libro la escritora Rosa Montero, se planteó escribir esta novela después de visitar en Palma de Mallorca la Fundación Nazaret, dedicada desde hace más de ochenta años a cuidar de chavales abandonados.

"Fui a dar una charla sobre herramientas para superar la realidad, y salí más sorprendida y más llena de lo que yo iba a darles: esperanza. Allí vi cómo chavales procedentes de entornos duros encontraban amor, educación, cariño, atenciones, horarios, disciplina... Y hacían de ellos niños nuevos".

De ahí el título del libro, sacado de una cita de Concepción Arenal. "El amor es para el niño -decía- como el sol para las flores; no le basta pan, necesita caricias para ser bueno y ser fuerte".

Es precisamente en una casa de acogida, una imaginada Fundación Rainbow, donde transcurre la acción de "Como el sol para las flores", en el que, reconoce, hay mucho de ella y de su familia.

"De hecho -comenta- Lourdes (la directora del centro) es un personaje inspirado en mi madre. Tal cual. Y Judith (otro de los personajes, una psicóloga especializada en adopciones) tiene mucho de mí, soy yo, aunque de forma involuntaria. Como ella, soy alocada y entusiasta".

Es Judith, y es también Irene Villa, quien piensa que "el espíritu humano puede con todo" y que "hay mucha más gente buena que mala; lo que pasa es que los malos hacen más ruido". "Yo, como ella, -destaca Irene Villa- creo que la forma de ser de cada uno no es el resultado de lo que te ha pasado, sino de lo que tú decides guardar dentro de tí".

Nadie mejor que ella para confirmar que es así: Irene Villa sufrió en 1991, siendo una niña, junto a su madre, un gravísimo atentado de ETA que la dejó sin las dos piernas y tres dedos de una mano, y lo que pudo derivar en amargura es, "y será siempre", felicidad, generosidad, optimismo y ganas de vivir.

"Lo mío no es heroico. Los niños se adaptan a todo. Heroico fue lo de mi madre, que tenía entonces 40 años y perdió el brazo derecho, que es mucho más que las dos piernas. Siempre soy yo la protagonista y mi madre fue la que tiró de toda la familia", destaca la que es hoy madre de dos niños: Carlos y el citado Gael.

Irene Villa vuelve a su teoría sobre la sonrisa y el dolor. "Lo tengo comprobadísimo. Por eso intento que todo el mundo que se aproxima a mí se vaya sonriendo, y, por lo menos, un poco más feliz. Me encanta la madre Teresa de Calcuta cuando dice que 'nadie se aleje de tí sin sentirse un poco mejor o un poco más feliz'. La sonrisa puede con todo".

Palabras que en su boca no suenan impostadas, sino sinceras. "La sonrisa hace que el dolor sea más llevadero, que las dificultades no sean tales y que se arregle todo antes. Si tú sonríes, la vida te sonríe". Irene Villa sabe de lo que habla.

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