PAPELES DEL ROCK

Jethro Tull en España: ¡Disfruten de la locura!

Jethro Tull, convertido ya en un grupo de culto, realiza una mezcla de blues, folk y hard rock que los hace inclasificables.
photo_camera Jethro Tull, convertido ya en un grupo de culto, realiza una mezcla de blues, folk y hard rock que los hace inclasificables.
¿Por qué los promotores gallegos no han pujado por traer a Ourense o Lugo a una banda cuya conexión con la música tradicional popular gallega es tan evidente?

Lo recuerdo muy bien. Era el mes de abril, después de la semana santa de 1980, y como cada miércoles entre las 8 y las 9 de la noche, en lo que todavía se llamaba el “UHF”, lo que es hoy La 2 de TVE, se emitía el programa musical que junto a revistas como Popular 1 o Vibraciones, y poco después los programas de radio rock de la FM madrileña, fueron mi universidad a la hora de formarme en la historia del rock: Pop-Grama, la “revista del Rock y del Rollo” que presentaban Ángel Casas, Diego A. Manrique y Carlos Tena. 

Igual que me había pasado dos años antes cuando vi y escuché por primera vez en Pop-Grama a los Rolling Stones, aquella noche descubrí en ese programa de televisión a Jethro Tull. Como imagino que a la mayoría de sus seguidores, esa colectividad que se hace llamar los “Tullianos”, recuerdo que me llamó la atención sobremanera aquel histriónico y extravagante individuo, gesticulante hasta lo grotesco, con un look a medio camino entre el mendigo de cualquier barrio proletario de la Inglaterra industrial narrada en las novelas de Charles Dickens y un trovador de la edad media, que tocaba la flauta dentro de un grupo de rock, algo que me voló la cabeza en ese momento, con la mirada propia de un loco escapado de un manicomio cruzando una pierna sobre la otra. Ese individuo, ya se lo imaginarán, era Ian Anderson. 

Jethro Tull no me produjeron un impacto tan fuerte como los Stones, pero despertaron mi curiosidad. Si no recuerdo mal, lo que Pop-Grama programó aquel día fue un largo fragmento de un concierto del grupo en Londres a mediados de los 70, pero sobre todo, me gustó esa amalgama tan original de la sonoridad folk que incorporaba la flauta y el rock fuerte, sobre todo con esa guitarra tan cruda y tan densa de Martin Barre y la pétrea base de ritmo que formaban Jeffrey Hammond y Barrymore Barlow, que aún sin ser ni mucho menos un grupo de hard rock, tenían garra, transmitían, comunicaban, tenían en sus canciones a partes más o menos proporcionales según los casos, fuerza y melodía, dureza y sensibilidad. En una de esas tardes de viernes en casa al salir del colegio o de domingo antes del partido de fútbol, al igual que escuchaba en mi cuarto por supuesto "Sticky Fingers" de los Stones, "Who´s Next" de los Who, "IV" de Led Zeppelin, "In Rock" de Deep Purple o "Paranoid"de Black Sabbath, también me evadía de aquel mundo, entre otros discos, con "Thick As A Brick" o "Aqualung" de Jethro Tull. 

Desde entonces, me fui haciendo poco a poco con su discografía y desde la primera vez que les pude ver en directo en mayo de 1982 en un concierto en el legendario y ya desaparecido Pabellón de Deportes del Real Madrid cerca del madrileño Barrio del Pilar, he podido disfrutar de sus directos en numerosas ocasiones siempre que han pasado por territorio español. Esta próxima semana, Madrid y Barcelona – una vez más, y aunque esto sea predicar en el desierto… ¿por qué los promotores gallegos no han pujado por traer a Ourense o Lugo a una banda cuya conexión con la música tradicional popular gallega es tan evidente? - vuelven a ser las ciudades elegidas por los promotores para los conciertos en nuestro país de esta nueva gira de los incombustibles Jethro Tull, en los que Ian Anderson nuevamente demostrará que no pasa el tiempo por él. 

En 2018 Jethro Tull cumplieron 50 años de historia, efeméride que fue celebrada con una larga gira mundial y la edición de discos recopilatorios que recogían lo mejor de su trayectoria. Ante el éxito de ambas iniciativas y claramente demostrado el enorme poder de convocatoria que aún conserva el grupo, a lo largo de 2020 Anderson alternará dos giras internacionales: "Ian Anderson con Jethro Tull" (una gira aconvencional, tipo show televisivo con música, discusión y preguntas y respuestas del público) y un tour más propiamente dicho centrado en los "años progresivos" de la banda.

"Siempre he argumentado que Jethro Tull no ha llegado a su fin más que los Beatles", dijo Anderson a la prestigiosa revista inglesa Classic Rock recientemente. "Los Beatles todavía venden millones de discos y producen millones de descargas. Lo glorioso del mundo del espectáculo es que tu trabajo sigue vivo después de que tú desaparezcas". En este mismo sentido, Anderson decía en 2014 en Billboard: “Jethro Tull, como unidad, como grupo entendido de la forma en la que entendíamos lo que era un grupo de rock, más o menos llegó a su fin hace 10 años, con un par de álbumes en vivo y un álbum de estudio de material navideño. Eso podría definir los últimos álbumes bajo el nombre de Jethro Tull. Es un cúmulo de trabajo que creo que ahora es algo histórico, ya que su peso se remonta a los años 70 y 80, en términos de contenido musical. Y creo que es bueno dejar eso como herencia".

El LP de estudio más reciente de Jethro Tull, ‘The Jethro Tull Christmas Album’, data de 2003. Desde entonces, Anderson se ha centrado en sus trabajos en solitario, incluyendo un par de discos fuertemente enraizados en la esencia y en la historia de Tull, "Thick As A Brick 2" de 2012 y "Homo Erraticus" de 2014. En 2017, colaboró ​​con el arreglista orquestal John O'Hara y el cuarteto de cuerdas Carducci en "Jethro Tull - The String Quartets", lo último editado con anterioridad a los recopilatorios de celebración de su 50 aniversario a los que hacíamos mención anteriormente. 

Ian Anderson es uno de los personajes más peculiares y excéntricos que todavía existen en la escena del rock actual. Debido a los numerosos problemas, controversias legales y judiciales que tuvo en el pasado con sus diferentes managers, desde hace 15 años es él mismo el que hace las veces de manager, con lo cual, contrata, negocia y organiza las giras personalmente, según testimonio de uno de los principales promotores que ha trabajado con él, el hispano-británico Robert Mills. No acepta transferencias bancarias, sino que exige que se le pague en metálico en el lugar del concierto y jamás da la mano a nadie como forma de saludo de cortesía; choca el codo. Esa es su forma de “dar la mano” a cualquiera. Por supuesto, y esto se advierte con insistencia en cada uno de sus conciertos antes y durante el mismo, esta rigurosamente prohibido fumar en sus actuaciones, hasta el punto de que recuerdo perfectamente como en 1998, durante un concierto de Jethro Tull en La Riviera de Madrid, había personal del crew de la banda con linternas entre el público tratando de localizar a los fumadores “clandestinos” para convencerles de que apagasen sus cigarrillos so pena de que el concierto terminase abruptamente y Anderson se negase a volver al escenario. 

Loco, excéntrico, iconoclasta, inclasificable… pero igualmente único, sensible, creativo, original y maravilloso artista al que no voy a perder la oportunidad de volver a ver en directo en estos días en los que vuelve a España. 

Really don´t mind, if you sit this one out…

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