Un joven denuncia a Sanidad al contagiarse de sida por una transfusión

Un joven ha demandado a la Conselleria de Sanidad por contagiarse del virus del sida, al parecer, a través de una transfusión que le realizaron en el Hospital General de Valencia en el año 2005, ha confirmado a EFE su abogado, Manuel Mata.

Según la demanda, el joven recibió un tratamiento en el citado hospital por un linfoma que padecía, y que le fue curado con éxito, si bien posteriormente, tras empezar 'a encontrarse muy mal', los sanitarios verificaron que era portador del VIH.

Por estos hechos, el afectado pide a la Administración alrededor de un millón de euros en concepto de indemnizaciones, ha explicado Mata, quien ha añadido que en el año 2009 ya presentaron una reclamación ante la Administración por estos hechos.

Fuentes de la Conselleria de Sanidad han asegurado a EFE que este departamento asumirá la responsabilidad si finalmente se demuestra que el origen de la infección fue la transfusión y ha mostrado su apoyo a la Justicia en todo lo que sea de su competencia.

Estas mismas fuentes han confirmado que en 2005, a la sangre del donante que recibió el afectado le fueron realizadas todas las pruebas de detección de enfermedades infecciosas exigidas por la ley con resultado negativo, además de otras pruebas que no son contempladas en la legislación para incrementar la seguridad.

Posteriormente, a raíz de la reclamación del paciente, se llevó a cabo otro análisis con pruebas nuevas de mayor detección a la citada unidad de sangre, con resultado positivo de infección del virus.

Actualmente, las pruebas que se realizan son más sensibles que las anteriores ya que, desde 2005, se ha ido reduciendo el llamado 'periodo de ventana' -el tiempo desde que la persona se infecta con el virus y éste genera el número de anticuerpos necesario para ser captados por las pruebas- hasta llegar a un mínimo de nueve días, cuando hace seis años este era de un mes.

Fuentes sanitarias han defendido que este periodo se seguirá reduciendo y que actualmente sólo existe 'un riesgo residual' de que una prueba entre 550.000 esté equivocada en el resultado, con un periodo de ventana de nueve días, por lo que han defendido la seguridad en el proceso de las transfusiones.

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