día del orgullo

La ley de Igualdad, asignatura pendiente del orgullo español

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photo_camera Participantes en un desfile del Orgullo gay

El "WorldPride" acogerá el próximo 1 de julio la manifestación del orgullo bajo el lema "Por los derechos LGTBI en todo el mundo"

Tras 40 años de lucha, en los que ha conseguido cambiar el imaginario social, el colectivo LGTBI español acoge como anfitrión el "WorldPride Madrid 2017" pidiendo la inmediata tramitación en el Congreso de una de sus asignaturas pendientes: la proposición de Ley de Igualdad.

Esta, junto a la Ley Estatal de Transexualidad y una normativa contra la LGTBFobia, es aún caballo de batalla del colectivo después de un largo camino, "de dar la cara" y de arrancar "a trancas y barrancas" reformas legislativas para recuperar sus derechos.

Así resume el presidente de la Federación Estatal de Gais, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales (FLGTB), Jesús Generelo, el camino recorrido en las últimas décadas, en las que España ha cambiado radicalmente y el colectivo ha dado ejemplo de cómo se puede revertir una situación de discriminación, ilegalidad y penalización.

El "WorldPride" acogerá el próximo 1 de julio la manifestación del orgullo bajo el lema "Por los derechos LGTBI en todo el mundo". Un acto al que Generelo da carácter de reivindicación política para pedir que todos los países legislen hasta alcanzar la plena igualdad entre las personas LGTBI y el resto de la sociedad.

Y dice que, aunque "en derechos todo va muy lento" y "la igualdad real está aún muy lejos de alcanzarse", la situación en España dista mucho de la que marcaba, al inicio de la democracia, la Ley de peligrosidad y rehabilitación, con la homosexualidad declarada ilegal y penalizada en "acciones y en esencia".

Hasta 1979 no se eliminaron los artículos de esta Ley relacionados con la homosexualidad, mientras que en un ambiente en el que "todo era puro ostracismo y estigma", se luchaba para conseguir su derogación total (1995) y la retirada de la Ley de escándalo público (1983).

Con la aparición de las primeras asociaciones LGTB (clandestinas e ilegales), el colectivo comenzó a organizarse con pequeñas células.

Llegó la década de los 80 con cambios y aires de libertad sexual a la sociedad española, pero la pandemia del sida los apagó "haciendo rebrotar una homofobia total y debilitando mucho al `movimiento`".

A pesar de ello, Generelo considera que el VIH evidenció las deficiencias del sistema y derribó "el mito de que la orientación sexual era una cuestión privada".

En los 90 se comienza a legislar sobre los derechos del colectivo "muy tímidamente" y nace la FLGT (1992), lo que para su actual presidente fue muy importante porque supuso el inicio de la lucha unitaria contra las manifestaciones de homofobia enraizadas.

Navarra, Cataluña y Madrid aprobaron leyes autonómicas de parejas de hecho y el colectivo comenzó a reclamar una estatal. Para ello, se decidió utilizar "la celebración del Orgullo", que aún era minoritario, "como herramienta política".

Ni los partidos políticos ni los sindicatos contemplaban en sus programas los derechos del colectivo, hasta que, tras las masivas manifestaciones, "nos empezaron a ver como un movimiento a tener en cuenta, con capacidad de reivindicación", indica.

Alegando que la Constitución no permite "ningún tipo de discriminación", el movimiento demandó una Ley de matrimonio igualitario y los partidos políticos empezaron a considerar los derechos del colectivo LGTB como una cuestión de primer orden.

El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero lo incluyó en su programa electoral y lo aprobó en 2005, lo que dio "una gran visibilidad, demostró que no era una cuestión privada y logró que la sociedad empezara a ver la LGTB con respetabilidad", recuerda Generelo.

En este camino recorrido, la diputada socialista en la Asamblea de Madrid, Carla Antonelli, destaca la importancia de Ley de identidad de género de 2007, que en la actualidad está pendiente de reforma "para incluir a los menores y eliminar la patologización", ya que los transexuales siguen siendo considerados enfermos.

Y, a pesar de estos cambios, lamenta que "aún queda mucho por hacer" y apuesta por la concienciación social y la educación en la diferencia y la diversidad desde la infancia. 

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