Daniel es un adolescente con 17 años y 3 "cumplevidas", los tres años que han pasado desde que este enfermo de cáncer de médula ósea recibiera un trasplante y con él una nueva oportunidad de vivir
Este adolescente, al igual que las casi 450 personas de entre 15 y 19 años que sufren cáncer en España, sueña con "tener una vida normal", que para él significa una vida "sin enfermedad".
Al menos así lo refleja en el cortometraje "Cumplevidas", cuyo preestreno tendrá lugar esta noche en el Teatro Capitol de Madrid.
En él, Daniel muestra su deseo de quejarse por otras cosas que no sean el cáncer, como "la alcaparra de la pizza", los "pocos dibujos animados que ponen en la televisión" o de "tener que madrugar todas las mañanas para ir al colegio".
Doce chavales han participado en este corto, dirigido por el guionista Jorge Naranjo y desarrollado por la Fundación Diversión Solidaria en colaboración con laboratorios Cinfa, un proyecto que les ha servido a estos chicos como terapia complementaria.
Las historias y las emociones positivas son el hilo conductor de esta trama en la que han participado durante un año, Alejandro, Diego, María, Paula, Iván, Lucía, Mario, Raquel, Yolanda, Daniel e Ivie.
Son miembros de la Asociación Infantil Oncológica de Madrid (Asion) y se han involucrado de lleno en este "reto creativo", que les ha permitido contar historias basadas en hechos reales.
"Gracias a mis oncólogos sigo viva, pero también gracias a este proyecto", relata en una grabación Ivie Idahosa, que no ha podido asistir a la presentación por motivos de salud.
Actores como Eva Isanta, Javier Gutiérrez, Daniel Guzmán, Raúl Pena o incluso Fran Perea, que interpreta el papel de médico en el cortometraje, son algunos de los intérpretes que han orientado a estos doce adolescentes durante este "reto creativo".
Se trata de una terapia complementaria, que les ha servido en buena medida también poder combatir el miedo al rechazo o el aislamiento social.
En los momentos en los que acecha más la enfermedad, el ocio supone una parte "esencial" del tratamiento y por ello se convierte en uno de los mejores antídotos, explica la psicóloga de Asion, Verónica Eslava.
"Antes de sufrir esta enfermedad, yo veía los anuncios de donante de órganos y no le daba importancia", comenta a Efe Alejandro, a quien se le diagnosticó leucemia en 2014, una etapa que recuerda con dureza ya que los profesores tenían que acudir a su casa a impartirle clases.
La quimioterapia que recibió durante un año Yolanda, afectada de cáncer de huesos, le ha permitido "valorar" de una manera diferentes actividades de la vida cotidiana como salir a la calle o dormir en su propia cama.
Confiesa que le gustaría que la trataran sin estigmas y aconseja no esconder la enfermedad en ningún caso. "Tenemos vida igual que el resto", declara a Efe.
