Más de 200.000 descendientes de exiliados han logrado ya la nacionalidad

El plazo para pedir la nacionalidad en virtud de la Ley de la Memoria Histórica finaliza hoy, después de tres años en los que más de 200.000 descendientes de exiliados durante la Guerra Civil y el franquismo han obtenido ya la condición de españoles.

El período para que pudieran optar a la nacionalidad los hijos y nietos de quienes huyeron entre el 18 de julio de 1936 y el 31 de diciembre de 1955 se abrió el 27 de diciembre de 2008, un año después de que las Cortes aprobaran la Ley de la Memoria Histórica.

A fecha del pasado 31 de agosto, se había concedido la nacionalidad a 213.787 personas y se habían presentado un total de 378.862 solicitudes, según datos del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.

La estimación es que en los últimos cuatro meses del año, la cifra de nuevos nacionalizados pueda rondar los 250.000 y que una vez que se complete el estudio de los expedientes que se presenten hasta hoy, se superen los 300.000, han apuntado a Efe fuentes del Gobierno.

La Ley de la Memoria Histórica establecía como beneficiarios las personas cuyo padre o madre hubiese sido originariamente español y los nietos de quienes perdieron o tuvieron que renunciar a la nacionalidad debido al exilio.

De las 378.862 peticiones presentadas hasta final de agosto, unas 348.000 son de hijos de exiliados (92 por ciento) y más de 24.000 de nietos.

El resto -unas 6.000- son de descendientes de primer grado de exiliados nacidos en España que pudieron ya optar a la nacionalidad tras la reforma del Código Civil de 2002.

Ante el elevado número de solicitudes, el Gobierno acordó a comienzos de 2010 una prórroga hasta hoy para que las oficinas consulares tuvieran tiempo suficiente de tramitar los expedientes.

Los países de Iberoamérica acaparan el 95 por ciento de las solicitudes, en especial Cuba, Argentina, México y Venezuela.

En Cuba, 66.000 personas han recibido ya el pasaporte español y la previsión es que al final del proceso lo obtengan unos 180.000 -cerca del 1,7% de la población de la isla-, según los cálculos del Consulado de La Habana.

Para aspirar a la nacionalidad, los interesados han tenido que aportar algún justificante que acredite la condición de exiliado de su abuelo o abuela.

Son válidos los resguardos de haber recibido alguna prestación por exilio o el certificado de las oficinas de refugiados de Naciones Unidas o de los países de acogida que asistieron a los españoles y a sus familias que huyeron.

También se han aceptado informes expedidos por partidos políticos o sindicatos que cuenten con archivos de exiliados reconocidos por la autoridades españolas.

Los hijos de quienes hayan obtenido la nacionalidad a través de la Ley de Memoria Histórica pueden a su vez optar a ella, siempre que sean menores de 18 años.

La presidenta de la Asociación de Descendientes del Exilio, Ludivina García, ha valorado que los derechos otorgados con la ley a los familiares de quienes se vieron obligados a renunciar a ella al huir de España.

Sin embargo, García, en declaraciones a Efe, ha considerado que esta posibilidad 'debería ser un proceso permanente, sin fecha límite', que se incorporara al Código Civil.

García ha destacado que los 'temores infundados' que había cuando se abrió el plazo de que podría haber 2,5 millones de nuevos españoles 'se han demostrado falsos' y las cifras han sido mucho más reducidas.

El aumento del número de nacionalizados ha tenido su traslación en el censo de españoles residentes en el exterior, al que se accede automáticamente tras registrarse en la oficina consular.

A comienzos de diciembre de 2008, un mes antes del comienzo de la presentación de solicitudes, el CERA tenía inscritos 1.237.893 personas, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

El último censo -con fecha del pasado 1 de noviembre- contabiliza 1.502.174 personas, lo que supone 264.281 más que hace tres años.

En este período, donde más ha aumentado el censo electoral de emigrantes ha sido en Argentina (58.025); Cuba (44.541); México (22.118); Venezuela (19.375) y Francia (10.601).

Sin embargo, apenas ha habido repercusión en los índices de participación electoral, puesto que menos de un 5 por ciento de los inscritos en el CERA votaron en los comicios del 20N.

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