Las autoridades municipales de Beebe (Arkansas) investigan la muerte de más de mil turpiales de ala roja (Agelaius phoeniceus) que han caído del cielo en esa localidad desde la noche del viernes, coincidiendo con la Nochevieja. La Comisión de Caza y Pesca de Arkansas informó de que empezó a recibir llamadas telefónicas acerca de la muerte de estos pájaros poco antes de la medianoche del viernes al sábado.
La mayoría de los pájaros caídos se encuentra en un área de alrededor de un kilómetro y medio. Robby King, de la Agencia de Vida Silvestre y quien ha recogido por lo menos 65 aves muertas, principalmente en aceras y tejados de la localidad, indicó que fueron enviadas a la Comisión de Ganado y Aves de Arkansas y el laboratorio del Centro Nacional de Salud de la Vida Silvestre, en Madison, Wisconsin.
HIPÓTESIS
Las autoridades han inspeccionado el área y determinaron que no cayeron aves fuera de los límites de la ciudad, ubicada unos 50 kilómetros al nordeste de Little Rock. La ornitóloga Karen Rowe dijo al diario The Arkansas Democrat Gazette que la bandada de aves podría haber sido alcanzada por un rayo o por granizo a gran altura caído en los últimos días o que resultaran heridas por los fuegos artificiales de Año Nuevo.
Ninguno de los pájaros presenta signos externos de estas agresiones, por lo que la hipótesis principal apunta que su muerte pudo deberse al estrés sufrido por estos acontecimientos. Según recoge la cadena Sky News, los cadáveres de los animales, en su mayoría recogidos de las aceras y los tejados, serán trasladados a varios laboratorios de Little Rock, Madison y Wisconsin para su estudio, aunque los expertos señalan que estos análisis casi nunca arrojan conclusiones definitivas. Según Rowe ha habido incidentes similares en otras partes y los análisis realizados casi siempre 'quedan sin una conclusión clara'.
HIPÓTESIS
Las autoridades han inspeccionado el área y determinaron que no cayeron aves fuera de los límites de la ciudad, ubicada unos 50 kilómetros al nordeste de Little Rock. La ornitóloga Karen Rowe dijo al diario The Arkansas Democrat Gazette que la bandada de aves podría haber sido alcanzada por un rayo o por granizo a gran altura caído en los últimos días o que resultaran heridas por los fuegos artificiales de Año Nuevo.
Ninguno de los pájaros presenta signos externos de estas agresiones, por lo que la hipótesis principal apunta que su muerte pudo deberse al estrés sufrido por estos acontecimientos. Según recoge la cadena Sky News, los cadáveres de los animales, en su mayoría recogidos de las aceras y los tejados, serán trasladados a varios laboratorios de Little Rock, Madison y Wisconsin para su estudio, aunque los expertos señalan que estos análisis casi nunca arrojan conclusiones definitivas. Según Rowe ha habido incidentes similares en otras partes y los análisis realizados casi siempre 'quedan sin una conclusión clara'.
