REPORTAJE

Navidad con el Circo del Sol

Actuación del Circo del Sol.
photo_camera Gerry Regitschnig, en primer término, se mete en el papel de mister Flippo, uno de los insectos del espectáculo.

"Galicia es un sitio fantástico para actuar por el público", afirma Gerry Registchnig, que del 21 al 30 de diciembre actuará en el Coliseum de  A Coruña con el espectáculo "OVO", una historia de amor entre insectos. 

Los espectáculos del Circo del Sol -la mayor productora de teatro del planeta fundada hace 34 años y con sede en Montreal– son un torrente de color, música, acrobacias y humor que atrapa al público por el meneo sensitivo. "Yo lo definiría como un show de circo rock and roll con las mejores acrobacias del mundo", afirma el payaso austriaco Gerry Regitschnig. Lleva en la compañía desde 1992 y será uno de los protagonistas de "OVO", la función que representarán en el Coliseum de A Coruña desde el 21 al 30 de diciembre. "Actuar en Galicia es fantástico por el público. Estamos muy felices por volver", añade. 

El Circo del Sol regresa por Navidad. Y Gerry Regitschnig se mete en el papel de mister Flippo. "Soy el jefe de la familia de insectos que viven una historia de amor con música 'brasileira', mucho colorido, espectaculares actuaciones en el trapecio y sorpresas". Detrás de cada espectáculo hay un proceso de trabajo de dos años desde la idea inicial para continuar sorprendiendo al espectador. El elenco de artistas que participa en cada show ensaya durante casi un año antes de someterse al juicio del público. 

La cascada de estímulos siempre cuenta con un hilo conductor. "OVO' es un ecosistema rebosante de vida. Los insectos trabajan, juegan, pelean y buscan el amor en un derroche continuo de energía y movimiento. Su hogar es un mundo de biodiversidad, hermosura, acción bulliciosa y momentos de tranquila emoción. Los insectos quedan anonadados y sienten una curiosidad intensa cuando aparece entre ellos un huevo misterioso que representa el enigma y los ciclos de sus vidas", resume la compañía en su página web para presentar la función. Por el escenario pasan sorprendentes hormigas rojas y brillantes que juegan y hacen malabares con la comida, pulgas flexibles que se lanzan al aire para hacer cabriolas en la caída, arañas de seda que tejen su telaraña desafiando la gravedad o grillos locos que escalan paredes. Se trata de medio centenar de artistas en escena y otros tantos técnicos controlando que todo salga con precisión milimétrica. Dos horas antes de que se levante el telón ya entrenan para que el resultado merezca el aplauso del espectador. ovo_2handbalancing-1-_result


"VIVO MI SUEÑO"


El jefe de la familia de insectos es Gerry Regitschnig, un austriaco que a los 12 años ya tenía claro que quería con convertirse en payaso. "Es el sueño de mi vida y por eso trabajo en el Circo del Sol. Mi primer espectáculo fue en 1992 y llevo casi 20 años. Yo vivo mi sueño". Ahora reside en Bilbao, pasa diez semanas viajando y dos de descanso en su casa, pero comenzó a soñar en Budapest. "Yo trabajaba en la calle cuando decidí visitar la escuela del circo y con mucha suerte el chico que me entrevistó me dijo que me quería en el espectáculo en Las Vegas. Me preguntó si lo tenía claro y yo no me lo podía creer porque era lo que deseaba hacer desde niño". 

El secreto del éxito para permanecer dos décadas en la brecha es "el talento y el trabajo fuerte". No piensa jubilarse. "Yo no. En las Vegas el payaso más viejo que trabaja en el Circo del Sol tiene 85 años". Es distinto en el caso de los trapecistas, atletas de clase mundial, "que dependen del físico y de la exigencia" del número, pero no hay límite de edad para arrancar una sonrisa al espectador. La compañía ofrece desde 2003 un programa para la reinserción laboral para los acróbatas que tienen que abandonar las tablas por la edad. 

El Circo del Sol cuenta con unos 4.000 trabajadores, de los cuales 1.300 son artistas llegados de 50  países diferentes, para poder ofrecer espectáculos por todo el mundo. Sus espectáculos han sido representados en más de 300 ciudades y esta Navidad regresan a Galicia para reencontrarse con "un público fantástico", a la altura de un espectáculo impactante. 

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