El trastorno que padecen cada vez más personas y podrías sufrir sin saberlo

Las pantallas de ordenadores y móviles que emiten luz azul crean un estado mental.
photo_camera Las pantallas de ordenadores y móviles pueden dificultar el sueño.
Un nomofóbico tendrá problemas para encontrarse relajado en parajes idílicos pero con poca cobertura.

Cuando dos tercios de la población mundial posee un teléfono móvil (o varios), y desde diversos ámbitos, como la vida social o el trabajo, se exige su revisión casi constante si uno quiere mantenerse conectado y al día, todo se alinea para que surjan nuevas adicciones a estos dispositivos. 

Y esta adicción al móvil, que lleva por nombre nomofobia, se resume como el miedo extremo a encontrarse sin el dispositivo móvil o contar con él pero no con la conexión a internet necesaria para llevar a cabo la mayoría de sus funciones. 

Pensar en la posibilidad de que ocurran situaciones como quedarse sin cobertura, que la batería del smartphone se agote sin previo aviso o que el terminal pueda estropearse por una caída repentina genera cierto pánico a cada vez más personas, dentro de la sociedad interconectada en la que vivimos.

Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística reflejan que alrededor de la mitad de las personas sufren verdadero temor ante la posibilidad de que alguna de estas circunstancias se pueda dar en la realidad. 

Un nomofóbico tendrá problemas para encontrarse relajado en parajes idílicos pero con poca cobertura como pueden ser las montañas más recónditas de Galicia, está permanentemente alerta ante la presencia o no de enchufes en los establecimientos hosteleros para dotar de un chute de energía a su dispositivo y tiene problemas para dormir desvelado por la luz de la pantalla. 

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