Las nuevas tecnologías deben proteger el buen uso de datos personales

Las pasarelas de pago digitales deben asegurar la privacidad de los datos de sus clientes.
photo_camera Las pasarelas de pago digitales deben asegurar la privacidad de los datos de sus clientes.
El auge de los pagos online conlleva garantizar los derechos de los clientes. La gestión integral de riesgos garantiza la privacidad de los datos de los clientes, así como una ética de trabajo correcta.

La revolución digital ha cambiado los hábitos y las formas de relacionarse de la sociedad. La tecnología ha transformado en la última década el mundo a un ritmo insólito.

Esta situación tiene detrás a millones de usuarios y potenciales clientes que necesitan de seguridad jurídica y de datos personales, por lo que el uso correcto de la tecnología resulta imprescindible para mantener esos derechos.

En un entorno cada vez más digital en donde prima lo inmediato, las empresas y entidades financieras tienen el deber ético y normativo de garantizar la gestión de la seguridad y privacidad de sus clientes.

Expertos como la consultora digital GDS Modellica defienden que la protección de datos es ineludible no solo desde el punto de vista legal, sino también como ética de trabajo en cualquier organización. Los datos bancarios, empresariales y laborales son datos personales, en concreto son datos de tipo económicos, financieros y de seguros (incluyendo los de la Seguridad Social o prestaciones públicas). Las empresas y organizaciones, al manejar datos de carácter personal, han de cumplir obligatoriamente la LOPDGDD y el RGPD para garantizar la integridad de sus clientes y que sus datos no son objeto de cesiones sin consentimiento.

En el mundo digital los clientes ocupan un espacio prioritario, y sus datos personales siempre han de usarse siguiendo la norma de manera escrupulosa para ofrecer unos servicios eficaces, ágiles y seguros. Especialmente delicados son los datos que manejan las empresas fintech (prestación de productos y servicios financieros) y los bancos, que emplean los datos autorizados de los clientes para ofrecer un acceso más fácil e inclusivo al crédito o la gestión personal. El secreto profesional garantiza no compartir la información de clientes (personas físicas o jurídicas) con terceros y siempre cumpliendo los límites y obligaciones que establece la ley.

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