Las dietas basadas en el consumo de proteínas (carne, pescado, frutos secos o queso) y pocos hidratos de carbono (pan, arroz o pasta) tienen efectos adversos para las arterias. Un nuevo estudio ha constatado una relación entre este tipo de regímenes con infartos y derrames cerebrales.
Las dietas bajas en carbohidratos tienen efectos adversos en las arterias. Los regímenes basados en el consumo de grandes cantidades de proteínas (carne, pescado y queso) y la restricción de hidratos de carbono (pan, pasta, cereales y azúcares) han sido muy populares en años recientes. Si bien es cierto que estas dietas son efectivas para reducir rápidamente el peso corporal, se conoce muy poco sobre sus efectos a largo plazo en el corazón y las arterias.
El nuevo estudio llevado a cabo en ratones -publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS)- encontró que esos hábitos alimenticios causan daños en las arterias. La investigación, dicen los expertos, demuestra que la mejor opción para una vida sana es alimentarse con una dieta variada y equilibrada.
Un estudio con ratones a los que se les dio tres tipos de alimentación: la estándar para estos animales, una occidental alta en grasas y una baja en carbohidratos y alta en proteínas, demostró que ésta última no afectó a los niveles de colesterol pero mostró una diferencia significativa en el impacto en la ateroesclerosis (acumulación de depósitos de grasa en las paredes de las arterias) lo que puede provocar infartos y derrames cerebrales.
El nuevo estudio llevado a cabo en ratones -publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS)- encontró que esos hábitos alimenticios causan daños en las arterias. La investigación, dicen los expertos, demuestra que la mejor opción para una vida sana es alimentarse con una dieta variada y equilibrada.
Un estudio con ratones a los que se les dio tres tipos de alimentación: la estándar para estos animales, una occidental alta en grasas y una baja en carbohidratos y alta en proteínas, demostró que ésta última no afectó a los niveles de colesterol pero mostró una diferencia significativa en el impacto en la ateroesclerosis (acumulación de depósitos de grasa en las paredes de las arterias) lo que puede provocar infartos y derrames cerebrales.
