Hematomas o sangrados pueden indicar que se tiene esta enfermedad

Ojo con los indicios de la hemofilia adquirida

La hemofilia está catalogada como una enfermedad rara debido al bajo número de personas que la padece. Es una patología congénita y, en la mayoría de los casos, hereditaria, producida por el déficit de algunos de los factores de coagulación de la sangre. Según el censo de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia, 3.000 personas tienen hemofilia en España. El 87% de ellos padece Hemofilia A y el 13% restante padece la tipo B. En ambos casos, el déficit de uno y otro factor de coagulación sanguínea son la causa de la aparición de hemorragias, que pueden ser espontáneas o bien producidas por algún tipo de traumatismo.
El 32% de estas 3.000 personas afectadas desarrolla la forma más grave de la enfermedad y el 25% genera inhibidores frente al factor VIII/IX administrado, es decir, anticuerpos que produce el propio organismo, restando y dificultando la eficacia del tratamiento que recibe el paciente y que, si no se controlan, pueden derivar en graves consecuencias. Este fue uno de los temas que se analizaron en las VIII Jornadas de Hemostasia, que acogió A Coruña, con el apoyo de Novo Nordisk. En ellas los especialistas estudiaron también cómo mejorar el diagnóstico precoz de la hemofilia adquirida, una variante de la enfermedad que no es congénita y que, por lo tanto, es ahora un objetivo prioritario para los especialistas. 'En España la hemofilia congénita está bien diagnosticada. En cambio cuesta más identificar a los pacientes con una hemofilia adquirida. Cuando no existen manifestaciones muy claras y las complicaciones son de poca relevancia, pueden no ser detectadas. Habitualmente sucede con personas mayores que acuden al médico de cabecera con pequeños sangrados o hematomas', explicó María Fernanda López, hematóloga del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña.

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