El Papa Benedicto XVI presidió esta mañana una solemne misa en la plaza San Pedro del Vaticano por el alma de su predecesor, Juan Pablo II, durante la que subrayó que la misericordia de Dios constituye una llave de lectura privilegiada para entender su pontificado.
El conoció y vivió personalmente las tremendas tragedias del siglo XX y durante mucho tiempo se preguntó qué es lo que podía detener la marea del mal. Finalmente, descubrió que la respuesta no podía encontrarse en otro lugar que en el amor de Dios, explicó.
Benedicto XVI recuperó así el mensaje del pontífice polaco sobre el amor misericordioso de Dios, que es el único que puede derrotar la prepotencia de los malvados y el poder destructivo del egoísmo y del odio en el mundo, remarcó.
El sucesor de Woytila también aprovechó la ocasión para pedir al pontífice difunto que siga intercediendo desde el Cielo por cada uno de nosotros y por mí de modo especial, a quien la Providencia ha llamado a recoger su inestimable herencia espiritual.
En particular, destacó la excepcional sensibilidad espiritual y mística de Woytila. Nada más bastaba observarlo cuando rezaba: se sumergía literalmente en Dios y parecía que todo lo demás fuera extraño en esos momentos, recordó.
El Papa Ratzinger también evocó el lema 'No tengáis miedo' que Juan Pablo II pronunció a lo largo de todo su pontificado, desde el primer momento y hasta el final, cuando sus energías físicas iban disminuyendo.
En particular, destacó la importancia de sus últimos años y días de vida, en los que a través de su sufrimiento humano y su fe indicó a los creyentes y al mundo el secreto de toda la vida cristiana, demostrando que su 'No tengáis miedo' no se fundamentaba en las fuerzas humanas ni en los éxitos alcanzados sino solamente en la Palabra de Dios, en la Cruz y en la Resurrección de Cristo.
Finalmente, Benedicto XVI recordó las emociones que se vivieron en la Basílica Vaticana y en la plaza San Pedro durante los días inmediatos a la muerte del pontífice, en los que un río ininterrumpido de peregrinos le rindió homenaje. Sus funerales se convirtieron en un ulterior testimonio de la estima y afecto que había conquistado en todo el mundo.
UNOS 40.000 PEREGRINOS PRESENTES
Benedicto XVI evocó esta mañana al difunto papa Juan Pablo II ante unos 40.000 fieles llegados a Roma de todo el mundo y, especialmente, de Polonia. Entre ellos se encontraba un grupo de trabajadores del sindicato Solidarnosc, procedentes de la ciudad de Gdansk. Uno de ellos, Michel, que tiene 21 años, explicó que Juan Pablo II es la persona más importante de mi vida, al igual que para muchos polacos.
Además del primer congreso de la Misericordia, que está inspirado precisamente en Juan Pablo II y que se celebrará a partir y hasta el próximo 6 de abril, Roma acogerá numerosos actos y eventos en memoria del Papa difunto.
Esta noche, el cardenal y arzobispo de Cracovia, don Stanislao Dziwisz, que fue el secretario personal del Papa durante sus años de pontificado, rezará el rosario ante la tumba de Woytila, que se encuentra en las grutas vaticanas. Al acto también acudirá el cardenal y vicario del Papa para la diócesis de Roma, Camillo Ruini, junto a un centenar de jóvenes.
