Los perros cercados, símbolo de la “lucha” frente al volcán

<p> El consejero delegado de Aerocamaras Jaime Pereira. </p>
photo_camera <p> El consejero delegado de Aerocamaras Jaime Pereira. </p>

La empresa gallega Aerocámaras, con dificultades para ejecutar el plan de rescate en La Palma

”Llevamos 31 días de volcán. Todos teníamos algún tipo de esperanza, pero la realidad es que no ha habido ni un solo día de tregua”, decía ayer en Canarias Radio Noelia García, alcaldesa de Los Llanos de Aridane, el municipio que vio desaparecer a cámara lenta el barrio de Todoque y que ahora contempla, atónito, cómo la historia se repite con el núcleo de La Laguna. Quizás por eso La Palma puso todas las facilidades cuando un grupo de defensa de los animales levantó la voz para advertir del abandono que sufría un grupo de podencos que se quedaron cercados por dos coladas de lava en una zona que lleva semanas evacuada, abandonados a su suerte en una especie de isla verde dentro del tremendo campo de malpaís que sigue formando el volcán. Se sabe que los perros están allí porque algunos drones que sobrevolaban la zona los filmaron. Incluso se utilizaron esas mismas herramientas estos días para hacerles llegar algo de comida.

Se ignora cuántos son y ni siquiera las personas que intentan rescatarlos conocen a quién pertenecen, pero casi todos sospechan cuál es su contexto. Son podencos, perros de caza. Ayer era el momento marcado para que la firma gallega Aerocamaras probara si puede sacarlos de allí con sus drones de transporte, como asegura. Sin embargo, surgió un problema inesperado: los perros no están, o al menos los drones no los ven, ni siquiera con cámaras térmicas. Porque, con los cerca de 30 grados que había a mediodía en el sur de La Palma, si uno de los podencos estaba refugiado a la sombra de un arbusto o de cualquier elemento que haya sobrevivido a las cenizas, su huella térmica no se distingue de la de una piedra. 

 Ni la empresa, ni el colectivo animalista que ha impulsado la operación, Leales.org, tiran la toalla. Seguirán buscando.

Mientras tanto, los drones siguen sobrevolando la zona cercada por las coladas reproduciendo sonidos que deberían atraer a los podencos, suponiendo que ya estén acostumbrados a esos pequeños helicópteros que les han proporcionado comida durante días.

La distancia de 500 metros del lugar donde se cree que están los canes la ha fijado el Plan Especial de Protección Civil ante Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca) pensando en la seguridad de las personas que operan los drones y les prestan apoyo, porque la lava en esa zona sigue muy caliente, aunque su costra parezca ya fría.

“Estamos asesorados por un equipo de veterinarios. Sabemos que son perros duros, pueden aguantar situaciones complicadas. En cuanto veamos a tan solo un perro, pediremos autorización para sacarlo y, a partir de ahí, decidirá el responsable de turno”, asegura el responsable de la empresa.

El seísmo de mayor magnitud, sentido en La Gomera y Tenerife 

El Instituto Geográfico Nacional informó ayer de que el terremoto de mayor magnitud registrado hasta ahora en La Palma, el de 4,8 mbLg localizado a 39 kilómetros de profundidad el martes, fue “ampliamente” sentido en toda la isla y en algunas poblaciones de La Gomera y Tenerife. Es el terremoto de mayor magnitud de toda la serie sísmica producida por la reactivación volcánica de Cumbre Vieja que indica que en las últimas horas se han localizado 71 seísmos, siete de ellos sentidos por la población. Se localizaron un total de 5 terremotos a profundidades alrededor de los 30 kilómetros y al resto de los hipocentros del periodo están localizados a menor profundidad, en el entorno de los 12 kilómetros.

La señal de tremor volcánico mantiene una alta amplitud media, con pulsos de intensificación. La altura de la nube de dispersión medida a las 08:00 UTC se estima en 3.500 metros, añade. La red de estaciones permanentes GNSS de la isla no muestra una tendencia clara en la deformación de las estaciones más cercanas a los centros eruptivos; en cambio, en las estaciones más alejadas se aprecia una ligera deflación posiblemente relacionada con la sismicidad profunda.

La superficie afectada es de 807,85 hectáreas y la anchura máxima entre las coladas interiores es de 2.900 metros. Los cultivos afectados ocupan 245,88 hectáreas, de las que 139,59 corresponden a plataneras, 52,94 a viñedos y 19,49 a aguacates. De las personas desalojadas, 337 se hospedan en un hotel en Fuencaliente y 32 en otro alojamiento.

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