papeles del rock

Rosendo: que si vengo, que si voy…

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photo_camera Rosendo durante una de sus múltiples actuaciones.

Rosendo anunció que no iba a seguir haciendo giras de la manera en las que las venía haciendo hasta ahora, pero de su comunicado en modo alguno podía extraerse la conclusión de que se retiraba de los escenarios definitivamente

El inmenso poder de las redes sociales. A comienzos de esta semana que hoy ya termina, el mundo del rock estatal se conmocionaba con la noticia que hacía pública el propio interesado, Rosendo Mercado, para todos simplemente Rosendo, o el Tío Rosen, de que esta gira en la que actualmente se encuentra inmerso para presentar su último disco de estudio, "De escalde y de trinchera", muy probablemente sería la última… en el formato actual en el que las viene haciendo desde hace bastantes años ya. 

Sin embargo, ocurrió como lo que pasó en aquel famoso y viejo chiste que contaba como dos amigos se encontraban en la calle y uno le decía al otro que estaba un poco acatarrado. El amigo le contaba a otro que había visto hecho polvo a su encontradiza amistad, a su vez éste le contaba a otro que tenía pulmonía, y al cuarto comentario, el autor del comentario sobre su catarro estaba ya muerto y enterrado por cáncer de pulmón. O dicho de otra forma: Rosendo anunció que no iba a seguir haciendo giras de la manera en las que las venía haciendo hasta ahora, pero de su comunicado en modo alguno podía extraerse la conclusión de que se retiraba de los escenarios definitivamente. 

Pero claro, la no demasiado explícita y quizá deliberadamente ambigua explicación del comunicado de Rosendo sobre su intención de cambiar su modus operandi con respecto a las giras desató en las redes, en especial facebook, -un laboratorio sociológico, psicológico y hasta diría psquiátrico de inagotable riqueza sobre las fobias, filias, complejos y ansias de vivir sus quince minutos de fama de millones de personas con evidentes problemas de autoestima y sociabilidad, no lo duden- , avalanchas de mensajes que iban desde el pelotilleo bochornoso en espera de recibir una entrada para un concierto a cambio de un pantallazo, lo cual no sería una mala estrategia para vender más tickets en esta “última” gira y/o excusas perfectas para dárselas de rockero de ley rindiendo pleitesía a un pope reconocido de lo que las élites mediáticas oficiales reconocen como un grande del rock, que sin duda lo es, aunque para mí le sobre esa suerte de recorte coreográfico de los medios aborregrosendo11_resultados culturalmente, que babean ante Rosendo pero que desprecian e ignoran el rock estatal, del que Rosendo viene y al que tanto ha dado y del que tanto ha recibido. 

 Por ello me parece pertinente dedicar este artículo a la figura como músico de Rosendo, básica y fundamentalmente por lo que ha aportado como creador, inspirador y referente fundamental de toda una forma de entender el rock, que tiene la peculiaridad de ser un estilo único en todo el mundo y que es propiamente local, por cuanto ha creado toda una escuela musical netamente autóctona tanto en el estado español como en América latina. 

 Es importante en cualquier caso, ir a los inicios para entender en su verdadera dimensión la gran aportación de Rosendo a la música española. Imagino que todo el mundo conoce este dato, pero Rosendo se forja como músico, compositor y letrista en una banda de leyenda en el rock español, cuyo nombre es Leño. Si bien el primer disco de de Leño, ("Leño", Chapa Discos, 1979) tiene muy poco que ver con lo que Rosendo haría después en tanto era casi un disco de rock progresivo, con temas de larga duración muy elaborados musicalmente, ya había en las letras de nuestro protagonista ese mensaje contestatario, de protesta, de rebeldía, propio de aquellos años del “desencanto” de lo que supuso la transición democrática y que se refleja a la perfección en letras como las de “Sodoma y Chabola” (Hamburguesas de colores/para niños de Sodoma/muñecas de porcelana/y caramelos de goma) o “Este Madrid” (Es una mierda/este Madrid/que ni las ratas/pueden vivir), de las que adquirirá el rock estatal actual su impronta de música con un mensaje crítico hacia la sociedad, inconformista, incluso revolucionario. 

 Cuatro años después Leño, tras haber llegado a lo más alto en cuanto a popularidad dentro del rock español y ser ya toda una leyenda viviente, se separaban y Rosendo anunciaba que pronto empezaría nuevos proyectos. Leño se convertía a partir de ese momento en el mito más honrado, celebrado y admirado de la historia del rock español y Rosendo en un héroe, por cuanto por diversas complicaciones legales y contractuales con la compañía discográfica de Leño, Zafiro, el músico de Carabanchel estuvo más de un año sin poder firmar con otra compañía, sin hacer actuaciones en directo, inmerso en procesos judiciales y a consecuencia de todo ello, pasando según se dice, graves penurias económicas. Finalmente, en la primavera de 1985 lograba editar su primer disco en solitario, "Loco por incordiar" y a partir de ese momento, una carrera disparada hacia el estrellato del rock español. 

 Leño y Rosendo, Rosendo y Leño… Baste citar nombres como los de Barricada, Reincidentes, Boikot, Ska-P, Porretas, Sínkope, Platero y Tu, Extremoduro e infinidad de nombres más de innegable prestigio que reconocen sin ambages la influencia, la admiración y la huella que ha dejado en ellos este cantante y guitarrista –él lo reconoce- muy básico, muy elemental, pero que sin embargo, y sin pretenderlo deliberadamente, sino dejándose llevar por su instinto musical y por su total honestidad y sinceridad, ha logrado ser el referente por definición de todos los músicos que se cuelgan una guitarra para cantar a su barrio, a su gente, a los problemas de su gente, a la vida cotidiana. 

 Me consta, por diferentes testimonios que he recabado a través de diferentes entrevistas que he mantenido con él a lo largo de muchos años, que en efecto no se ve a sí mismo muriendo en un escenario, como Angus Young o Keith Richards, y que, como el mismo me dijo en 2007, le gustaría llegar a disfrutar de una más que merecida jubilación. Pero también, me consta que es alguien que vive para la música, y sobre todo para hacer canciones. Ello me lleva a intuir que desde luego, seguramente no vuelva a hacer 100 conciertos al año… pero que sin duda, volveremos a verle, y más de una y más de dos veces acercarse al micro para exclamar aquello de “Déjame que pose para ti…” o mejor aún: aquello de “Es tu obsesión permanente…”

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