Pablo Iglesias e Irene Montero habrían roto en marzo. Eso es lo que asegura El Cierre Digital, el único medio que asegura que ambos pusieron fin a su relación de más de cinco años el pasado mes de marzo. La web también asegura que el exvicepresidente segundo del Gobierno y la ministra de Igualdad habrían vendido también la casa de Galapagar, si bien no ha habido confirmación oficial sobre los dos temas.
Los rumores sobre la crisis de la pareja han sido constantes a lo largo de este 2021. Especialmente desde que el exlíder de Podemos abandonase la política. De hecho, El Cierre Digital asegura que la ruptura de Pablo Iglesias e Irene Montero se produjo antes de saberse el resultado de las elecciones en Madrid y de que Iglesias anunciase su salida de la esfera política. "La pareja rompió en el pasado mes de marzo", publica el medio digital citando a fuentes del Gobierno de España y de la formación morada.
Sin embargo, fuentes del mismo partido según explica Vozpópuli, niegan la ruptura de Pablo Iglesias e Irene Montero y tachan la información de "absolutamente mentira". En Vanitatis van más allá y dicen que Irene Montero lleva desde marzo una alianza (ella e Iglesias nunca se han casado) que se pudo ver en el anuncio de la ley trans o en el vídeo de felicitación del Orgullo LGTBI 2021. Ambos comenzaron a salir en 2015 y han tenido tres niños: Leo, Manuel y Aitana.
Hoy damos el primer paso para ampliar las oportunidades de felicidad de las personas trans y del colectivo LGTBI. #EsLeyTransLGTBI 🏳️🌈🏳️⚧️ pic.twitter.com/B0Xocyttrt
— Irene Montero (@IreneMontero) June 29, 2021
Vendida la casa de Galapagar
Además de la posible ruptura de Pablo Iglesias e Irene Montero, El Cierre Digital asegura que el último capítulo que habría escrito la pareja sería el de la venta de la casa de Galapagar. La web le pone precio incluso a la operación inmobiliaria: 660.000 euros, lo que vendría a ser 45.000 más de lo que pagaron en su día. Según la web, la compraventa se habría formalizado a través del Grupo M&G, una inmobiliaria situada en Torrelodones.
La compra del chalé supuso un cambio en la carrera política de Pablo Iglesias e Irene Montero, que se convirtió en objeto de críticas desde la oposición y, tal como publicaba Pilar Cernuda en una de sus columnas de este diario, afectó al estado anímico de la ministra de Igualdad: "Amigos de Irene Montero afirman que la ministra de Igualdad está triste. No por su relación con Iglesias, ni una queja a pesar de la rumorología, pero considera el chalet el origen de una serie de problemas que afectan seriamente a su estabilidad emocional. Cuenta que no soporta el acoso al que le someten vecinos de Galapagar que siguen merodeando en torno al chalet a pesar de la vigilancia de la guardia civil, que ponen himnos patrióticos a todo volumen, y lanzan consignas con megáfonos. No pueden salir tranquilamente con sus hijos e incluso se sienten incómodos en el jardín por temor a que alguien pueda fotografiarles."
