Los 'sin techo' dan la cara en el Día Mundial de las Personas sin Hogar

Un hombre pide ayuda en la calle
Antonio Martínez tenía un trabajo, mujer y una casa, pero de un día para otro lo perdió todo y ahora tiene que dormir en su coche y comer en centros sociales, algo habitual para las cerca de 600 personas sin techo que se calcula que hay en Madrid.
'En general, las personas pasan ampliamente de la gente que está en la calle', lamenta en declaraciones a Efe Antonio, que pide que los políticos pongan de una vez por todas solución al problema en la jornada en que se celebra el Día Mundial de las Personas sin Hogar.

Este madrileño, de 59 años y con cuatro hijos, uno de ellos enfermo, no tiene ningún reparo en dar su nombre y apellidos y contar su historia, con la que pone cara a la situación dramática que viven las cientos de personas sin vivienda que deambulan a diario por Madrid.

Desde hace tres años, acude frecuentemente al centro de día del Programa Integral de San Vicente de Paul en el distrito de Chamberí, coordinado por las Hijas de la Caridad, donde se asea y le dan de comer.

'Madrid está muy mal de trabajo', afirma Antonio, tornero y fresador de profesión, que empezó su calvario particular hace 17 años, cuando se separó de su mujer y perdió su casa y el taller de estructuras metálicas de Villalba que regentaba.

Aunque consiguió trabajar el año pasado, después de seis meses de prestación se quedó sin paro, así que ahora se ve obligado a comer y cenar en casas de acogida y a dormir en su propio coche porque en muchas ocasiones 'los albergues están llenos y te dan lista de espera'.

Confiesa que nunca creyó que le pudiera pasar algo así, pero su caso no es el único ya que en Madrid hay en torno a 700 personas sin hogar, según un recuento de 2009 elaborado por el Ayuntamiento de Madrid en 21 distritos de la ciudad en colaboración con la Fundación Universitaria Complutense.

Sólo en el centro de día del Programa Integral de San Vicente de Paul acogen diariamente en el comedor social a medio centenar de personas que también pueden usar las duchas, el servicio de lavandería y permanecer en la sala de estar.

Este programa también cuenta con un centro de acogida con 14 plazas que actualmente están completas, al igual que las otras 35 que tienen en los pisos de inserción.

En general, la mayoría de las personas a las que atienden las Hijas de la Caridad en el centro de día de Chamberí son inmigrantes, ya que es su colectivo preferente y, más concretamente, hombres que se encuentran en una 'situación de vulnerabilidad social más que de grave exclusión'.

Así lo ha explicado a Efe la directora del programa, Carmen Briones, quien ha añadido que un equipo de trabajadores sociales seleccionan por medio de entrevistas personales a los que pueden acceder a sus servicios, aunque siempre se trata de 'dar prioridad a las personas que peor están'.

Los motivos que llevan a los 'sin techo' a solicitar ayuda son principalmente, según Briones, la soledad y algún tipo de trastorno físico o mental, algo que corrobora Jorge González, trabajador social del centro de información y acogida CEDIA, de Cáritas, en Carabanchel.

'Cada persona es un mundo, pero por lo general se trata de gente que ha vivido un proceso de pérdida, ya sea de empleo o de relaciones familiares', dice González.

Por su experiencia como trabajador social, observa que a los que se han quedado sin casa 'en general, les cuesta hablar del tema' sobre todo porque 'a nadie le gusta pasar por esto y pedir ayuda', de ahí que uno de sus objetivos es que 'tomen conciencia de su problemática'.

González distingue tres grupos entre las personas sin hogar: los que piden una ayuda puntual, los vulnerables y los crónicos, que son aquellos que sufren un gran deterioro psicosocial que les hace más difícil insertarse en la sociedad.

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