La Tía Gora de Salamanca cumple 106 años al son del pandero cuadrado

Hoy cumple 106 años la popular Tía Gora, Gregoria Benito, natural y vecina de Peñaparda (Salamanca), que mantiene entre sus aficiones diarias tocar el pandero cuadrado, un instrumento de percusión típico de esta localidad.
'Quiero cumplir años hasta que mande Dios', ha asegurado hoy a Efe la centenaria, que, desde primera hora de la mañana, no deja de recibir a vecinos y familiares, que se acercan hasta su hogar para darle la enhorabuena y desearle que siga cumpliendo más.

Ella les regala alguna canción que otra, que no tiene ningún problema en entonar.

Una de las felicitaciones que más ilusión le ha hecho ha sido la de La Tía Nisia, Diniosia Morales, vecina de Peñaparda y que tiene 104 años, camino de los 105, que cumplirá el próximo 6 de junio.

'He bajado hasta la casa de Tía Gora para desearle que viva muchos años con buena salud', ha confesado a Efe Dionisia Morales, que protagonizó un abrazo 'centenario' de varios minutos, ya que 'son muchos los recuerdos de aquellos tiempos en los que sólo había miseria'.

Ambas centenarias recuerdan que tuvieron que emigrar a Francia para poder vivir, ya que en Peñaparda, al igual que en otros muchos pueblos de la comarca salmantina de El Rebollar, limítrofe con el norte de Cáceres, la única manera de sobrevivir era emigrar para 'hacer algo de dinero', como ha explicado uno de los hijos de Tía Gora, José Benito.

La Tía Gora no tiene prisa por levantarse

Lo hace cada mañana sobre las 10.30 horas y acto seguido se acerca al corral de la casa, donde vive sola, coge algunos palos y prepara la lumbre con la que se calienta durante todo el día.

Como todas las mujeres mayores de El Rebollar, viste de negro, con un pañuelo en la cabeza y con dos pendientes de oro -en Peñaparda le dicen argollas- que 'nunca' se quita y que son típicos entre las mujeres de estos pueblos.

Si la visita algún forastero, ella habla en castellano, pero cuando mantiene una conversación con su vecinos o familiares lo hace en el habla de El Rebollar, un reducto del leonés que sigue vivo en pueblos del suroeste salmantino como Peñaparda, Robleda, Villasrubias, El Payo o Navasfrías.

Tampoco tiene ningún problema para soltar alguna frase en francés, ya que en Peñaparda todo el mundo comprende el idioma galo, debido a que la gran mayoría emigró al país vecino.

Su comida favorita y casi diaria: café con leche para desayunar y patatas cocidas con tocino para almorzar, que hace ella misma cocina en un puchero que cuece toda la mañana junto a la lumbre.

Al igual que en pasados cumpleaños, el deseo de Gregoria Benito es 'que la gente no se haga mal entre ella', ya que, como explica, 'quien no hace mal, hace mucho bien'.

A sus 106 años, Tía Gora cuenta con una docena de biznietos y, a pesar de que dos de sus tres hijos viven en Peñaparda, prefiere seguir viviendo sola en su casa. Eso sí, todos los días, desde primera hora de la mañana, su familia está pendiente de ella.

Sentada en su tajo, junto a la lumbre, la Tía Gora celebra hoy su cumpleaños tocando el pandero cuadrado, un instrumento rectangular, similar a un tambor, fabricado artesanalmente con piel de cabra vieja, que sólo tocan las mujeres del pueblo, a la vez que entonan alguna canción propia del folclore de El Rebollar.

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