CUMBRE G-20

Y después de la Cumbre de París... ¿Qué pasará con el cambio climático?

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photo_camera La industria y la ganadería son las dos actividades que más emisiones de gas producen.

Pocos dudan de que de París vaya a salir un pacto en el que la mayoría de los países se comprometan a trabajar juntos para frenar el calentamiento, la pregunta es si será efectivo

Los países se han propuesto alcanzar un pacto global de lucha contra el cambio climático en la Cumbre del Clima que arranca el lunes en París; ¿qué pasará tras esa reunión si hay acuerdo? Y... de no haberlo, ¿qué implicaría para el cambio climático?

"No me cabe duda de que habrá un acuerdo para 2020, así como otras decisiones transcendentales para el periodo anterior, la clave es cómo de ambiciosas serán", afirma David Howell, portavoz de cambio climático de la organización SEO/BirdLife.

Pocos dudan de que de París vaya a salir un pacto en el que la mayoría de los países se comprometan a trabajar juntos para frenar el calentamiento, la pregunta es si será efectivo para conseguir el objetivo fijado por los propios países de que la temperatura no suba más de 2 grados a finales de siglo, o se quedará en una declaración de buenas intenciones.

En cualquier caso, la directora de la Oficina Española de Cambio Climático, Valvanera Ulargui, avanza que el de París "no será un acuerdo cerrado, como lo fue el Protocolo de Kioto, que tuvo unos artículos muy determinados en cuanto a tiempos, ejecución y demás".

El nuevo pacto "tendrá pautas más amplias e irá acompañado de un paquete de decisiones para hacer operativo el acuerdo que probablemente tendrán más enjundia política que el acuerdo en sí", agrega Ulargui.

Junto a esos dos textos, el acuerdo y el paquete de decisiones que lo desarrolle, de París saldría un tercer documento con la acción climática que los países piensan llevar a cabo antes de 2020, fecha en la que entraría en vigor el nuevo tratado.

De haber acuerdo los países tendrían cinco años por delante para ratificar tanto el nuevo tratado como el compromiso nacional de reducción de emisiones que llevan a París.

La suma del efecto de las cerca de 180 contribuciones climáticas nacionales presentadas hasta el momento supondría, de mantenerse en el tiempo tal cual están planteadas ahora, un aumento global de la temperatura de 2,7 grados a finales de siglo por lo que el nuevo pacto planteará periodos de revisión de compromisos al alza.

Hay voces, entre ellas la Unión Europea y los países más vulnerables al cambio climático, que quieren que esa revisión comience antes incluso de que entre en vigor el acuerdo, y que en 2017 o 2018 los países revisen las promesas planteada en París 2015, para ver si es posible hacerlas más ambiciosas antes de ratificarlas.

Pero... ¿Qué pasaría si la Cumbre de París se convierte en una inútil segunda parte de la de Copenhague 2009 y fracasa?

"Pensar que París es un todo o nada es un error, salga lo que salga de París hay que seguir trabajando nada más terminar la cumbre para acelerar el ritmo de la descarbonización", sostiene Howell.

En la misma línea, la directora del Instituto para el Desarrollo Sostenible y las Relaciones Internacionales, Teresa Ribera, subraya que la Cumbre de París "no equivale a saber si vamos a tener o no acción en materia de clima, porque esa acción existe y va a seguir existiendo a nivel de los Estados, los ayuntamientos, las empresas y la sociedad civil".

"De lo que se trata en París es de si gestionamos esa transición hacia un mundo descarbonizado colectivamente o cada cual a su aire", añade Ribera.

A juicio de Lara Lázaro, experta en cambio climático del Real Instituto Elcano "la acción climática es imparable, más allá de las cumbres de Naciones Unidas, y ya está integrada en el acerbo legal de la mayoría de los países".

De fracasar el acuerdo por consenso de 195 países más la Unión Europea que busca París, Lázaro habla de la solución del "club del clima", que ya han planteado renombrados economistas como Scott Barrett, Martin Weitzman o William Nordhaus.

Sus planteamientos pasan, en general, porque los países que sí quieren pasar a la acción para atajar el cambio climático actúen en modo club y penalicen a quienes no estén dentro del mismo con instrumentos como, por ejemplo, un impuesto a la importación.

Aún así, Lázaro opina que si París no llega a buen puerto, "la Historia nos juzgará como la generación que fue consciente del problema del cambio climático de manera muy significativa y no fue capaz de enfrentarlo a sabiendas de sus consecuencias desastrosas".

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