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Criptomonedas y “stablecoins"

El movimiento en las criptomonedas es continuo. No hay semana que no surjan importantes noticias. Una vorágine continua de información y decisiones en torno a este vehículo de inversión en el que todo el mundo quiere ser parte. Elon Musk, fundador de Tesla y cuyo anuncio de inversión de 1.500 millones de dólares en BitCoins catapultó su valor, ahora anuncia que sus clientes no podrán pagar con criptomonedas sus compras. Pero… ¿por qué? El consumo de materiales fósiles para la producción de los Bitcoins genera contaminación y Musk ha preferido proteger el medio ambiente hasta que la producción de la criptomoneda sea más sostenible con energía limpia. La reacción del mercado no se hizo esperar y tras su anuncio cerró la sesión con un 15% por debajo del máximo de la jornada. 

Bitcoin y otras criptomonedas sufren esta volatilidad debido a que su valor no está respaldado por ningún gobierno, sino que su valor responde simplemente a la expectativa de que terceros lo acepten como tal. Por lo tanto, cualquier anuncio de aceptación o rechazo de esta moneda por parte de una persona influyente como Elon Musk provoca un alabeo continuo de su valor más o menos abrupto. 

Por otra parte, hace un par de años Facebook comenzó a desarrollar su criptomoneda llamada Libra, hoy Diem. Para su adopción como elemento real para las transacciones Facebook cuenta con una ventaja sobre sus posibles competidores porque tiene acceso directo a su base de usuarios con más de 2.800 millones de usuarios activos. Pero lo interesante de esta moneda virtual es que se trata de una "stablecoin". Una "stablecoin", en comparación a una criptomoneda tradicional como el bitcoin, goza de una menor volatilidad. 

El esquema de funcionamiento de Diem y de todo este tipo de monedas es que su valor está vinculado al de otro activo estable, normalmente del mundo físico, como pueden ser monedas fiduciarias o materias primas. Así, junto a su gran capacidad de adopción a través de sus usuarios, la Diem de Facebook fue presentada en su día como una moneda privada, digital y global basado en tecnología blockchain con desarrollo de código propio y con un valor vinculado a un grupo de divisas internacionales. La Asociación Diem, promotora de este criptoactivo y entre cuyos miembros se encuentran Facebook y una veintena de gestores de comercio electrónico y transacciones digitales, se compromete a mantener depósitos e inversiones en las principales monedas fiduciarias como el dólar y el euro. Así, la evolución de su valor estaría vinculada no sólo a la capacidad de uso y adopción del público como un valor interesante, sino que iría de la mano de las divisas, deuda soberana u otros activos líquidos de bajo riesgo que compongan la cartera de valores de la Asociación Diem.

Y ¿qué gana un minorista como un pequeño retail adoptando este tipo de monedas en sus transacciones? Principalmente una reducción de precios y la apertura a nuevos mercados. Diem puede facilitar y abaratar las transferencias internacionales, de tal manera que al comprar en una tienda online, por ejemplo de Singapur, no suponga el cambio de moneda un incremento de precio para el proveedor o el comprador. Muchos países cuentan con monedas muy poco estables cuyas transacciones por internet son mínimas o han establecido el dólar como moneda de cambio. Diem podría ser un buen sustituto al dólar en transacciones digitales para aquellas economías con monedas con gran inflación. 

Como comenté al principio, las criptomonedas están en un momento muy convulso y confuso. Puede que en un futuro próximo su uso sea algo común, pero debemos manejarlas con cautela. Por el momento el BCE considera que son vehículos "altamente especulativos", por lo que los riesgos pueden estar muy por encima de los beneficios.

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