El lado oscuro de la inteligencia artificial

¿Estamos listos para el internet de las cosas?

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Nos encaminamos hacia un mundo donde todo está conectado a internet, y la gran pregunta se hace entonces evidente. ¿Es seguro todo esto?

Si miramos alrededor por una casa cualquiera podemos encontrar fácilmente una Smart TV conectada a internet, una PlayStation conectada a internet, un portátil, una tablet, un par de teléfonos conectados a internet. Un Home Pod de Apple, una nevera inteligente de Samsung y, dentro de poco, una mascota robótica, el sistema de calefacción, los espejos de realidad aumentada, los interruptores de la luz. Pero, la gran pregunta es: todo esto, ¿es seguro?


Hackeo de robots


En una reconocida empresa de robótica japonesa, una de las preocupaciones más recientes pasa por la seguridad del firmware de sus robots frente a posibles cyberataques. Sus robots mascota se encuentran en una fase final de desarrollo y no han sido comercializados aún, así que todavía están a tiempo de prevenir posibles fisuras en sus sistemas. A eso se están dedicando a contrarreloj sus ingenieros informáticos, conscientes de que el riesgo de hackeo de sus robots es remoto, pero real.

Eventualmente estarán en cientos de miles de hogares de todo el mundo, dispondrán de micrófonos, cámaras, sensores y piernas o ruedas para desplazarse por todo el lugar. Un eventual hackeo de uno de estos robots sería equivalente a tener a un extraño moviéndose libremente por nuestra casa, escuchando nuestras conversaciones, explorando nuestras habitaciones y observando a nuestros hijos. La gravedad de una fisura así sería, sencillamente, demasiado alta.


Privacidad en los asistentes virtuales


Parece ciencia ficción, pero es muy real, y, de hecho, ya está ocurriendo a través de los asistentes virtuales. No hace mucho se hacía pública una información donde se desvelaba que empleados de Amazon escuchaban miles de fragmentos de conversación en diferentes hogares de todo el mundo.

Estos fragmentos estaban etiquetados de forma anónima y, según Amazon, cumplían únicamente el propósito de mejorar el sistema de reconocimiento de voz de Alexa, pero en muchos de los fragmentos escuchados se mencionaban datos personales, nombres, números de teléfono e incluso direcciones. El año es 2019 y ya no es ciencia ficción: es real y es noticia que hay cientos de miles de micrófonos en cientos de miles de hogares grabando las conversaciones de las personas que viven en ellos.


Seguridad VPN


Hasta el momento no ha habido problemas graves de seguridad en función de las conversaciones detectadas por los asistentes virtuales, pero es evidente que se trata solo de una cuestión de tiempo. Una de las principales herramientas de que disponemos para prevenir este tipo de filtraciones es la contratación de una VPN. ¿Qué es una VPN?

Se trata de un servicio que permite redirigir todo nuestro tráfico de internet en Android, iOS, PC, Mac y resto de gadgets, a través de un servidor con una conexión encriptada. De esta manera, incluso en el caso de que alguien lograse eventualmente acceder al router de nuestra casa, no podría desencriptar la información que esté pasando a través de router y le resultaría imposible acceder a nuestros dispositivos o a los datos personales que se encuentran en ellos.


Ataques de diccionario


Según un estudio llevado a cabo por Kaspersky, la mayoría de ataques llevados a cabo contra asistentes virtuales se produjeron utilizando un ataque de diccionario contra las redes donde se conectan. También llamado ataque de fuerza bruta, un ataque de diccionario consiste en un intento de averiguar la contraseña de un dispositivo probando de forma automática todo un sinfín de contraseñas pre almacenadas hasta que una de ellas resulta ser correcta.

Se trata de un ataque que con frecuencia es lento y tedioso, pero la tozudez a veces tiene premio y permite el acceso de un hacker a toda la red de un hogar. Es muy necesario tener esto en cuenta a la hora de planificar la cyberseguridad en nuestro domicilio, especialmente si disponemos de asistentes virtuales y otros gadgets del IoT repartidos por la casa.


Uso de contraseñas complejas


Para prevenir los cyberataques y mantener nuestros dispositivos y nuestra privacidad a salvo, es fundamental que utilicemos siempre contraseñas robustas en todos ellos, y muy especialmente en nuestro router. Las mejores consisten en combinaciones largas y al azar de caracteres alfanuméricos que alternen mayúsculas y minúsculas, de forma que resulte probabilísticamente casi imposible averiguarlas.

La contraseña del router, además, debe estar guardada a buen recaudo y no ser visible salvo para las personas de tu núcleo familiar a quienes les resulte imprescindible acceder a tu red. En el caso de las cuentas de los correos y otros servicios web resulta un tanto engorroso recordar una contraseña de esta clase, así que para agilizar el proceso de acceso a estas cuentas puedes utilizar gestores de contraseñas avanzados y de prestigio como Dashlane.


Aislamiento de los sistemas de seguridad


En previsión de que un ataque pueda tener éxito y acceder a nuestro router o a alguno de nuestros gadgets, es imprescindible que mantengamos separados los sistemas de seguridad del resto. Si contamos con cámaras de vigilancia o con cerraduras inteligentes, es fundamental que no puedan controlarse desde ningún dispositivo con acceso a internet, y mucho menos desde un asistente virtual que responda a comandos de voz.

Si este fuera el caso, un asaltante podría abrir la cerradura de tu casa simplemente gritando el comando de apertura a tu HomePod desde la ventana. Más vale prevenir que curar y, en materia de seguridad del hogar, es imperativo que nunca quede en manos de dispositivos vulnerables a ninguna clase de cyberataque.


Desconexión temporal


Por último, nunca está de más desconectar nuestros gadgets de vez en cuando, especialmente si no son indispensables para nuestro día a día o si nos marchamos de vacaciones y dejamos la casa a solas. Las reuniones con personas del trabajo o nuestros momentos íntimos en casa también es bueno que queden al margen de los oídos de un Amazon Echo o un Google Home.

Los asistentes virtuales y el Internet de las Cosas pueden aportarnos grandes comodidades y muchas horas de diversión, pero también pueden suponernos riesgos que debemos saber prevenir con inteligencia, prudencia y sentido de la responsabilidad.

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