La revolución de los smartphones y de las aplicaciones de mensajería instantánea han cambiado la manera de entender los riesgos que supone la exposición de datos personales a través de la red digital, especialmente para los menores de edad. Las condiciones de uso de WhatsApp, que en las últimas semanas cuenta con novedades, establecen que es obligatorio tener al menos 16 años para registrarse en la aplicación y utilizar el servicio de mensajería. Sin embargo, según los datos del estudio “De Alpha a Zeta, educando a las generaciones digitales”, realizado por la compañía de análisis online Qustodio, el 63% de los menores españoles entre 4 y 18 años usan esta plataforma de comunicación.
Aunque la edad es un criterio orientativo, no es el único elemento que debe ser tenido en cuenta para utilizar este tipo de aplicaciones: la madurez del menor y su capacidad de comprensión que implica el empleo de las diferentes herramientas de comunicación online y las redes sociales son los factores clave para que los usuarios sean conscientes de tener una actitud proactiva a la hora de proteger su información personal, evitar compartir determinadas imágenes o detectar conductas delictivas o acosadoras.
El porcentaje de menores que emplean WhatsApp como canal prioritario de comunicación ha crecido de manera imparable en los últimos años, pasando de un 59% en 2020 a un 63% en 2022, aunque el tiempo de uso de esta aplicación se ha moderado , descendiendo de los 41 minutos por día en 2021 a los 32 minutos al día en la actualidad.
Concienciación, comunicación y empatía son tres factores clave para que los propios usuarios, padres y educadores protejan a los menores de los riesgos de estos medios de comunicación, además de evitar la sobreexposición pública, compartir datos de terceros sin su consentimiento o publicar de manera excesiva información personal.
