No es de extrañar en un país en el que viven casi 170 000 gallegos, que hace ya varias décadas cruzaron el charco con la esperanza de encontrar una vida mejor, que este film provoque una cierta nostalgia de la tierra madre a través de sus paisajes y el galego.
Después de ganar el premio del jurado en la sección «Una cierta mirada» en el festival de Cannes, el más importante del mundo y donde Laxe ya había sido galardonado, los medios especializados postulan al director como el futuro y la gran esperanza del cine español.
El cine nacional, antes presente y galardonado en los festivales más reconocidos, actualmente parece no interesar a estos y se encuentra dividido entre una producción de mercado que busca conseguir grandes audiencias y un cine de autor que busca contentar a su nicho de espectadores.
Llama la atención que en los últimos años Galicia se encuentra entre las comunidades autónomas con menos afluencia al cine del territorio español, con 1,5 visitas anuales de media por habitante. Este dato tan solo lo superan Castilla la Mancha, Asturias y Extremadura encabezando la cola.
Sin embargo, la comunidad gallega se encuentra entre las primeras en cuanto a gasto por espectador, superada por Madrid, Barcelona y Asturias e igualada por el País Vasco. Este dato también puede ser un factor que influya en la poca afluencia de los gallegos a las salas de cine donde cada espectador se gasta de media 5,9 euros, siendo la media en España 5,7.
Teniendo en cuenta también la diversidad de ofertas de ocio online de las que se dispone actualmente y el cambio que han supuesto las redes sociales en la forma de comunicarnos, plataformas de streaming como Netflix y Amazon Prime Video o casinos online como NetBet concentran mayor cantidad de usuarios
Esta última, además, con una enorme oferta en la variedad de juegos, entro los que el usuario puede elegir desde temas deportivos a juegos clásicos de azar, pasando por juegos basados en películas.
La forma de consumir este tipo de entretenimiento ha pasado de ser en salas con butacas o de ocio a concentrar todas las actividades en una pantalla de cinco pulgadas.
A estos factores también se puede sumar la poca cantidad de cines que tiene Galicia, cuarenta y tres en total, y lo que estos sufren para mantenerse a flote. Un ejemplo de ello son los cines de Viveiro, la provincia lucense es la más afectada por la poca oferta de salas.
Estos cines lanzaron un ultimátum el pasado verano donde anunciaban que el proyecto empresarial estaba a punto de entrar en bancarrota. Finalmente se decidió dar un último empujón y arriesgar programando los grandes estrenos cada semana con el fin de que el público responda positivamente.
En cuanto al panorama nacional, el sector cinematográfico tocó fondo en el año 2013, con un declive de la afluencia de espectadores y de ingresos. En los últimos diez años se han cerrado más de 600 salas de cine en toda España, Así pues, se pretende que iniciativas como la Fiesta del Cine, que tuvo lugar el pasado octubre, supongan un reclamo para los consumidores y ayuden en la recuperación del sector, especialmente en en comunidades como Galicia, donde este ha alcanzado las cifras más bajas.
